jueves, febrero 20, 2025

LA VISITA(NARRATIVA) 10

 

10

Sentada. Sí, sentada mientras el tiempo se va, mientras las horas parecen no querer avanzar. Un señor con un bastón de ciego se sienta al lado de ella, en sus pies, su perro guía. Sus pensamientos se yerguen donde la mirada el no alcanza. Se interroga …que es vivir sin el color, sin ese campo de visión de los que vienen , de los que van. Tranquila, le dice él. Mi percepción de la realidad es aumentado en otros sentidos y ya estoy acostumbrado a esta oscuridad. Deme la mano señora, solo con palparla se de usted, me la imagino. Se que lleva pantalón vaqueros, se que lleva unas botas, se que lleva un pullover, se que lleva un abrigo, se que lleva una mochila, se que está sedienta por el misterio de donde va ir, pará que la querrán se pregunta, y percibo el olor de su entereza, el olor castaño verdoso de sus ojos, su pelo abandonado en los años, de su soledad, de lo somos que estamos, se que se pregunta como puedo yo estar en esta vida donde mis ojos son silencio pero, ya ve usted, es mi sino, es mi manera de continuar. No lo considero una discapacidad sino una capacidad que muchos temen, el contactar con su reconditez, con eso que lleva usted en su espíritu. Usted, que le encanta observar todo lo que se mueve a su derredor, usted que tienes ojos poblados de sueños, de un imaginario que muchos carecen. Y usted a igual que yo ve más allá de la oscuridad y córteme si ando mal encaminado, pero es así, usted le gusta mirar el universo en su complejidad , un universo oscuro y va dibujando como es , que es e igualmente hago yo. Sancho, se llama el, mi compañero eterno, inseparable, me ayuda a salvar obstáculos. Ella no dice nada, sus ojos se desvían de sus gafas negras entretanto el deja de catar su mano. Uhm…ese callar, a veces necesario, hablamos por hablar sin saber lo que estará cavilando quien está ante nosotros. Sonríe, acaricia a Sancho. Usted y su cosmos particular, y ahora que estamos aquí, los dos, esperando, le voy hacer una pregunta ¿Existe vida más allá de sus ojos? Sí, más allá de esta tierra. Si, señor, yo creo que sí, somos una minúscula partícula microscópica en la amplitud del cosmos. Somos la nada y un todo. La nada en su observación detenida de perpetuo y dantesco. Un todo, somos moléculas que se proyecta con orientación de la comunicación, organismos vivos que interactuamos y tenemos lo preciso para relacionarnos y socializarnos. Este microscópico mundo tiene su existencia, una vida peculiar distinta a otros mundos, cada uno con una característica de avance bien distinta. Y sabe una cosa señor, me da lástima que no valoremos nuestro planeta. Sí, esta tierra donde ha tenido la oportunidad de crecer en conocimientos por muy diversos que sean. Ese conocimiento debería tratarse para el bien, pero no, muchos desencadenan maléficos planes. Que los lleven a cabo o no es otra cosa. Pero somos el bien, somos el mal. Almas contradictorias que a veces desajusta el equilibrio. Quiere agua caballero, voy a ir a comprar agua. Se queda callado como pensativo. Ella lo mira , quiere ver más allá de esas gafas oscuras, acaricia a su perro, se levanta a comprar. Cuando regresa, el señor y su perro pancho ya no se encuentra. Se detiene en seco, respira y su cabeza comienza a florear cuestiones que antes no tenía. Y se siente agraciada, ese chico cuyo padre se llamaba Tragalunas le viene a la memoria. Su existencia, hijo de una mujer según le conto proveniente de la isla de Lobos. Intenta construirla, edificar como sería ella. Una mujer en un lugar donde habita solo el rumor de las olas, donde cada madrugada iba el padre del chico a visitarlo cuando la luna tejía su balada. .Qué hermoso, piensa. Qué pintoresco, piensa. Qué extraño, piensa. Somos tan pequeños y la vez tan gigantescos, que no percibimos lo sutil, lo diminuto de las relaciones, de las vidas. Y hay muchas vidas en la isla…la isla, traficantes de sueños bordados con los halos de las estrellas. Y suspira, quieta, estática ve el sitio donde estaba Pancho con su amo, no se pregunta a donde habrán ido. Solo se presta a un mayor conocimiento de mundo, de un mundo del cual ignoramos su origen. Que si cometas. Que si asteroides. Que si otros mundos. Que si un Dios. Todos juntos, reunidos en una mesa de juego al azar asegurando nuestra existencia. Y es que existimos y somos algo, pequeños, pero algo. Aun no contamos con técnicas avanzadas para el estudio del más allá de nuestro sistema solar. Solo hemos pisado la luna. Quién será ahora el primero en colonizarla, en hacerse dueño de una parcela de este accidentado satélites. Miles de lunas, miles de planetas. Y tendrán todas las condiciones para la vida, ello es algo obscuro. No sabemos. Seremos muchos sepultura,  sin saberlo. Deberíamos de mimar lo que poseemos, como se mima el amor entre dos, como se mima una amistad, cuidándola, protegiéndola ante las tempestades. Y ella quieta, de pie, con el silencio de sus alas, examina todo lo que le rodea, una estación donde vienen y van lo variopinto de una pequeña ciudad en medio del atlántico, una ciudad donde su receta de convivencia se vuelve pacífica, con la variedad suficiente de ser sostenible. Porque existe el respeto, porque existe esa educación que nos han inculcado y podemos vivir en armonía. Y ella se alegra…una satisfacción que hace grande. Todos somos grandes en el minúsculo lugar que habitamos, con nuestras penas, con nuestra felicidad, con nuestro don de ser humanos. Una especie a veces algo dañina y otras no. Y tenemos que valorar esto, ser humanos convivientes con otros humanos, con nuestros pesos acuestas, pero sin culpar a nadie, tomando decisiones en lo cotidiano. Abre la botella de agua, de pie, estática y bebe, casi hasta el final y se sienta para continuar con la espera.

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