Juntos, en la heterogénea altitud
de las manos. Sí, podemos, enhebrar los focos de la paz. Sentémonos. Mirémonos.
Cojamos de nuestros ojos el aliento de las jornadas cuando los pájaros despiertan
y soñemos. Sí, soñar, despiertos, con la continuidad del tiempo atravesaremos
la oscuridad de las vidas y seremos esa marea, ese desierto donde los pañuelos
, en bandadas, peregrinan hacia un túnel cuya luz blanca anima a la pureza de
la belleza, de la armonía. Juntos, gritando cuchillos rotos, armas desmigajadas,
sangre quieta que forja la verticalidad de la existencia. Sí, podemos …podemos
asear nuestros impulsos, este convulso estado arrebatado donde la miseria , la
pena habita y ser minas donde corre el agua límpida de nuestros andares.
Juntos, conversemos, descendamos donde la aterradora herida es sanada y
cantemos al hechizo de un sol, de una luna, de estrellas perpetuando nuestro
camino. Sí, juntos, con el querer de ser lumbre de fogatas donde nos reunamos
en la danza victoriosa de la esperanza.
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