sábado, diciembre 21, 2024

LA PARADA

 


A diario aunque el otoño figure en su lucidez se sentaba en la parada esperando esa guagua que la llevara a su destino. A diario, aunque el otoño sea tormenta de fuertes lluvias se sentaba en la esperada…esperando y esperaba y el autobús pasaba y el chofer se le quedaba mirando, con la una simbólica pena en sus ojos. La miraba , ella no se movía, no se levantaba y el la saludaba con una afable sonrisa y continuaba. A diario, aunque el otoño estremezca las mareas y el despertar anuncié el movimiento de la ciudad se sentaba en la parada. Uhm, sus años habían entrado en la dejadez aun así lucia sus labios de un carmín como bienvenida a una nueva jornada en el que ella estaba esperando. A quién…a quién…Sus hijos desaparecidos en la bruma del olvido jugaban aún en si pecho, en su memoria. Tal vez, los estaba esperando y ella sonreía y charlaba con todo el que se sentara a su lado. A diario, aunque el otoño detonara una plomiza tristeza en su atmósfera se sentaba en la parada, las palomas , con tiempo claro se arrimaban a sus pies y ella le daba migas de pan entretanto esperando la llegada de la guagua. Cuando se detenía, ella, con un atisbo en la puerta trasera ojeaba quien iba dentro luego, se sentaba otra vez, seguía escuchando el sonido del otoño, el sonido de las palomas, el sonido de la voz humana quien saludaba, quien despedía. Y a diario cuando la noche se acercaba con presura recorría con su memoria cada paso dado e la mañana y retornaba a su casa. Un halito de desgana brotaba en sus pisadas. Un grito de soledad hacía recorrer por su envejecido rostro una lágrima. Un aliento de desesperanza la embriagaba y despacito y callada cerraba su puerta.

jueves, diciembre 19, 2024

CREPÚSCULO

 





Un crepúsculo

El oleaje, sereno

El viento en la huida

Aves que callan

El otoño se disemina

En paredes de nubes ausentes.

El aliento de las calles.

Una luna que me besa.

La sinceridad de la tierra

La calma de las jornadas

Un pensamiento

Una belleza

La maravilla de llamarte

Un silencio

Anónimas cartas

Atmósferas de sed

Sin embargo, la calma

Aunque las aves callen

Aunque la memoria te retenga

Aunque el deseo prisionero

Sea lamento del equilibrio.

 

miércoles, diciembre 18, 2024

DIVAGACIONES DE UNA LUNA NORTE

 


Luna del norte, está presente. Mientras mis huellas se dejan a ras de una tierra que avanza donde las flores de invierno saludan al son de un viento que no cesa…Tic-tac…Tic-iac, las horas, los minutos, los segundos se entregan al pasado que no es el ahora, dejo mi memoria en un rincón donde el malestar y la discordia no moleste, no sea ese estorbo donde rompe la pena en un llanto alargado en este presente que ya se ha ido frente un espejo donde mi cuerpo semidesnudo baila. Y baila , solo, con los ojos puestos en mis ojos, con mi vientre puesto en mi viento. Con calma , al filo de lo gélido. Un gallo canta, son las seis de la mañana. Despierto donde los sueños elaboran mi verticalidad, pausadamente , frente al espejo sigo bailando condicionada por una melancólica música que me lleva lejos…muy lejos…tic-tac…tic-tac. Atraída por el cosmos, me agarro a una estrella en toda su dimensión, en toda su gravedad, en toda su luminosidad. Pido un deseo. La luna del norte sigue presente. Ah, me encuentro con mis amados, con mis amadas almas en un pensamiento que deja paso a una alegría. Y porqué no, la belleza imperfecta acoge mi mano y soy puente entre riscos donde los dragos dan cierta sombra. Y me pregunto que será, será de mi mañana, cuando nazca de nuevo, cuando los gallos saluden el nuevo día, cuando los pájaros cantan a la hermosura de esa mirada rescatando la mía. Esta tierra será diferente, distinta, la naturaleza se erige en tormentos y seguiremos los pasos de nuestras creencias, de nuestras ideologías. Del espejo, mientras mi cuerpo danza al son de un tic-tac…tic-tac sale una mano, una mano suave. Le entrego la mía y la pesadumbre nos relata nuestro hoy, que es el ayer, que ya se fue. Su sabiduría me entrega las riendas de lo hermoso, de eso que es bonito de esta gente que transita por la isla. Y soy olvido, me olvido de cada estrago, de esos estorbos del pasado. Levanto los ojos y veo un halo verde, azul, naranja al son de mi danza. Emerjo donde mis pisadas no sean eclipsadas por cristales rotos. Emerjo donde las ballenas llevan su canto. Y , aquí, en esta tierra, en la isla soy prospero deseo del mañana, que se habrá ido con flores nueva.

domingo, diciembre 15, 2024

LLUEVE

 


Y comenzó a llover en el mes de diciembre, la isla luce un haz de un otoño que se asemeja a una primavera. Los pasos se saludan cuando a ras de la hierba húmeda continuamos con nuestras vivencias. Y comencé a despertar, a exhalar un sereno anhelo de querer verte, de querer descubrirte, de querer ser hechizada con el aliento de las rocas donde las olas rompen. Bach retumba bajo este techo en su concierto a violín como nómada de mis huellas. Me retraigo, me anquiloso sobre este diciembre, espero que la luz de esos rayos inclinados dé pincelados a mis ojeras. Respiro. Me sustento donde el horizonte es canto de cetáceos, donde mi ventana da donde los gallos sonoros anuncian la nueva jornada. Y aun así, te llamo, descuelgo mis sentidos y mi razón acosa a mi corazón en continuar donde el espacio imperfecto es atmósfera que atrapa a los amantes. Dejo un ápice de tristeza contagie mi espíritu arrastrándome en esos campos, en esos pueblos donde la devastación, la destrucción, las esferas del odio y la ira incontrolada se es asidua visita a cada segundo, a cada minuto, a cada hora. Y comienzo a lagrimear…lágrima clavada como hoja afilada de un cuchillo en mi pecho pero no decaigo, me levanto y en el sostenido alzamiento de mis deseos vuelvo a pensarte. Vuelvo donde los sueños bellos, buenos me nutren de un arco iris universal en el paso del tiempo.  Y el tiempo pasa, el clima donde nos situamos será distinto en las estaciones, las constelaciones será soles de nuevas ilusiones. Y es diciembre. Y comenzó a llover….cojo mi maleta y guardo los recuerdos y a ti. Sí, a ti amor mío, te conserva donde los pájaros cantan, donde la irradiante maravilla del amor es único lugar de la verdad.

sábado, diciembre 14, 2024

EL VIENTO


Una ventolera palpitante al ritmo que la hierba corre a ras de los pies. Un mundo diminuto que se mueve en el sentido de un cosmos, oscuro, silencioso, anacrónico. Cúmulo donde alberga quien sabe , otras vivencias. El pensamiento utópico de la paz, de la libertad de pueblos condenados al gemido, a la desazón. Si supiéramos que somos polvo de astros en medio de un océano eterno e infinito donde nuestro yo rebasa fronteras invisibles. Si supiéramos que nuestra llegada al exitus pronuncia el adiós de este modo de existencia, expandiéndonos en una conciencia cuyo tremor peregrino en nuestros actos. Si supiéramos que estamos y no estamos, que todo es un proceso cíclico de se repiten las peores y descabelladas ideas de la razón humano en delito a nuestros semejantes. Pero, me asomo, el viento…el viento. Un viento polar que nos dice de las estaciones desviadas, que nos dice que estamos aquí, ahora, en un tiempo que ya se ha ido y queda en nuestra memoria. Si supiéramos que las fuerzas del universo confluyen en un caos hasta el equilibrio. Estoy inmersa en una conversación con el sol, nuestra querida estrella, sol. Ella me alienta a ser reiterado fragmento minúsculo de este mundo libre. Suena un piano, dice algo sobre los sentimientos, sobre la poética luz de los sentidos, de la razón. Atenta, escucho las voces calladas de los pájaros, de las gentes que en hileras de miseria se balancea enraizada a esta tierra. Esta tierra de todos y de nadie. Esta tierra donde hemos nacido a la sombra de arboledas y mareas y subimos a sus cumbres como exorcismos del mal…ese mal innato en las lenguas serpenteantes en nuestro entorno. La ventolera continua, me entrego al placer de ser rostro gélido en la uniformidad de sus palabras, silenciosas. Entre tanto dejo correr los manantiales de esta vida. Una vida que se sienta en una respiración profunda y pacífica. El piano suena , versos envueltos en alguna tristeza escondida, misteriosa, inconclusa en el paso de las estaciones. Mis ojos caen , se cierran y un suspirar amamanta de mi verticalidad, mis pasos del día de hoy. Abro el grifo del baño, me miro al espejo y mi rostro es sustancia de los años. Y no es que halla envejecido. Y no es que tenga desazón. Y no es que me falten fuerza. Neutra, indomable persigo mis sueños ¡Ah¡ esos sueños. Ay, sueños del alma mía. Ahí estáis…el viento, el viento hace surcos en  este ambiente y saludo como hubiera vuelto a existir. Estática escucho…al viento, al viento. En estamos en diciembre, la nulidad del ayer es angosto pasillo donde el hoy se hace vuelos de deseos. Por ello, el olvido cruza la frontera y el viento….el viento, trae el hechizo de lo ido, de lo que viene en la eviterna recóndita esperanza.

 


jueves, diciembre 12, 2024

HORIZONTE NACIENTE

 


Frente el horizonte naciente de los hijos del sol, de las mareas. Nuestras manos, verticales, albatros al encuentro de playas vacías. Nos aquietamos y estáticas somos vertiente donde los deseos reverdecen. Hemos nacido con esta nueva jornada donde las luces del alba dicen de nuestras historias pasadas. Nos miramos, tragamos saliva y nuestros vientres se unen en canto del querer, de esos cuerpos ya ancianos que despiertan al son de las estaciones. Es otoño, la lluvia parece venir, el frío culmina en nuestros ojos en la autentico de este amor…que es amor. Sonreímos frente el horizonte naciente, aún una estrella perdida queda en el cielo, le arrancamos un deseo, nuestros deseos. Aquí estamos. Nos levantamos y un aurea azul descansa en nuestras espaldas.

sábado, diciembre 07, 2024

LAS ARBOLEDAS DE LA MEMORIA

 Siempre caminábamos juntos, anquilosados en las noches de otoño donde las luces devotas a la tradición condicionan esta sociedad. Y ahora te distancias, te evades donde mis ojos confunden el desánimo con las lágrimas. Son muchas estaciones de andén en andén al encuentro de una espera que se perpetua en una memoria perdida. Intento recordarte y tu intentas recordarme. Nuestras manos viejas dicen de un ayer donde las mareas pronunciaban nuestros nombres. Nuestras manos viejas dicen de un hoy donde el labio a labio son flores marchitas. Alzo mi brazo y vuelvo a confundirme, tú no estás, son las sombras peregrinas hacia el silencio, hacia un vacío donde los cuervos se ramifican como hijos de la soledad. Pero, siempre, caminamos juntos. Sí, en el quehacer de las sombras retumbantes de aquellos días donde éramos ráfagas de la pasión, de emotivos mensajes en la distancia. Ahora, todo ha terminado, el último tren nos espera en un viaje al infinito de los montes, a lo eterno de las olas. Y, sin embargo, te hablo, me hablas, aquí estamos en las calladas jornadas donde nuestros cuerpos son ecos de la memoria vencida, de la memoria desvanecida del ayer. Un Orión impertinente nos visita, como siempre, por estas fechas. Nos envolvemos en nebulosas pronunciadas de astros y somos hijos de ese cielo profundo. Y te recuerdo. Y me recuerdas. Nos recordamos cuando difuminadas arboledas visitan nuestros callados paseos


lunes, diciembre 02, 2024

CUANDO LOS PÁJAROS CANTAN

 


Es temprano, digo yo. Si temprano cuando los astros cercanos son puntos de luz del naciente de la madrugada. Me levanto, así, como todas las noches cuando el reloj imparable indica el descanso. Enciendo un cigarro, noto en mis paredes yermas, en mi cuarto desierto solo el olor del tabaco que en espiral se sumerge como camada de estrellas su presencia. Me viro , lenta, somnolienta, sin miedo y ahí está su figura, viste camisa blanca y falda celeste. Es ella, no sé perspectiva, que hipnosis, que sensación me motiva a decir que sí, que es ella. Me vuelvo acostar, tranquila, con la quietud de olas mansas cuando la luna levanta. Tic-tac…tic-tac, las horas se convierte en un refugio de sueños fundidos en la nada. De nuevo me levanto. De nuevo me siento. De nuevo enciendo un cigarro. De nuevo estás paredes que denotan la ausencia. Me viro lenta, segura, adormilada y su presencia se hace más vital, más comunicativa, es ella. Sí ella. Ella que años…muchos años atrás había partido donde la materia no más que energía expandiéndose en el universo. Ahora se concentraba aquí, en esta habitación que solo huele a decepción, a una soledad continua en el tiempo. Sonrío y vuelvo donde las sábanas de una noche de otoño deshilan hojarasca al son de la ventisca, de un clima exasperante, desquiciado. En el letargo, soy aliento de un nuevo mundo, de una nueva emoción, de una nueva visión desde mi verticalidad. Y me vuelvo a levantar, amanece, un sol brioso con su declinación otoñal me baña, visita mis ojos y los cierros. Su quietud ante la noche ida me calma, me inyecta en una atmósfera donde los pájaros cantan, a destiempo. Voy al balcón, me asomo, una bocanada de brisa refrescante acoge todo mi rostro y la recuerdo. Está aquí, donde vivió. Su silencio ha quedado, la sonoridad de su tacto caricia mis manos y mis manos acarician la belleza de su mirada. Y es temprano, digo yo. Debo continuar donde las aceras sucias ahuyentan lo malo. Debo continuar donde los pájaros cantan. Debo continuar en lo vital de la vida…..¡Ah¡ su sonrisa, me mece en el sentido de esos diminutos instantes que nos que somos ecos del ayer. Un ayer que nos condiciona los pasos del hoy.