La seca hierba erige los montes
Septiembre exhala su despedida
Los cuerpos en el tono de los ritmos de la brisa.
Los ojos yertos en la pesadumbre de un quejido
Las mareas , quietas, desenvainan un acuerdo
Y las manos al unísono derivan donde la espera abraza.
Una espera de arco iris, una espera de cantos reverberando la
paz.
La lluvia vendrá, cascadas recorriendo los insomnes en la
guarda
El verdor impregnará los montes, sus miradas perdidas.
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