lunes, agosto 05, 2024

DIVAGACIONES DE UNA TARDE DE VERANO

 





Un viento callado, inmerso en los pájaros que deshora lucen sus cantos. Un verano echando la lasitud de las miradas ausentes y las olas rumorosas esbozando tatuajes efímeros en los cuerpos , desnudos. La tarde pesa bajo un cielo cenizo, las arboledas se desvanecen en lo estático , el bochorno no se pierde, queda latiendo en frentes cansadas. Un viento callado. Un piano rompe el silencio y la fatiga de andar por calles grises. Detrás de la esquina, una yegua escuálida, relinchando a la sed, al hambre. Me acerco y somos hijas condenadas a los océanos donde la muerte desquicia. Lo verde se eclipsa por un tiempo y todo es gris. Andar por calles grises. Un viento callado. La molicie de los sueños. Despierto y sabanas blancas revueltas me dicen del peso de la tarde, de una paz utópica cabalgando en maletas de harapos bajo los desórdenes de la tierra. Sí, la tierra, minúscula mota de polvo que se pierde en el cosmos , de este cosmos al que pertenecemos y somos hijos de su ráfaga de átomos. Y el viento está callado y me levanto, un piano suena cerca …muy cerca.

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