Y Tragalunas miraba
la luna, la blanca luna, en una noche de marzo cuando la primavera era obertura
de la sinfonía de las flores. Y Tragalunas en la orilla miraba su barca. Y
Tragalunas se embarcaba en el infinito de las estrellas, miraba el océano como
padre de su condición y admiraba las ballenas como canto a su razón. Y
Tragalunas no tenia ganas de trabajar, de pescar para su vida diaria.
Tragalunas observaba fijamente el cosmos, esa vía láctea enredada en sus ojos
claros. Su frente era seña de la sal y
algas. Su canto se condicionaba al canto apenado de los cetáceos. Si,
Tragalunas estaba triste aunque la mar lo amaba, lo quería como parte de
ella. Su vieja barca danzaba al son de la
marea, esa marea respetada en un mutuo acuerdo en el ayer. Y Tragalunas por
momentos se sentía feliz. Una felicidad ausente en otros. Su contemplación, su
amor por el océano lo conquistaba. Pero la desdicha también se arrinconaba en
él. Estaba solo en una sociedad donde el refugio de la tecnología y las prisas
lo dejaban invisible. No, su labor no era valorada. No más que un simple
pescador. Un simple marinero de madrugadas gélidas. Había entregado su entereza
al mar y por ella suspiraba. Y hoy mitigando su profundo firmamento complacido
se mostraba dichoso pero a la vez un llanto reventaba su estómago, estaba solo.
Tragalunas en las corrientes del aislamiento es voz del silencio de sus manos,
gruesas, trabajadoras, deformadas en el paso de las estaciones. Y Tragalunas
saludó a una pardela que se poso en su barca, ya conocida durante en el
transcurso de la oscuridad, de las noches donde Tragalunas salía con su barca a
pescar. Se miraron fijamente. Una comunicación se enervo en el sentido del callar
cuyo significado implicaba la calma de estos dos seres. Supo de la cura de esta
sociedad. Supo que el amor nunca le llegaría. Supo que su vida era prodigiosa.
Supo de su pasión por ese destierro donde las ballenas cantan. Supo del
sufrimiento que cruzan ese mar al encuentro de la esperanza, de la paz. Supo
que el era parte de él y no le importaba. Un hombre donde la profundidad de su
voz resonaban las caracolas.
Este blog esta bajo los derecho de autor para cualquier información laguna198@hotmail.com Lo escrito son ideas primigenias que después se han corregir y alterar.
martes, marzo 26, 2024
TRAGALUNAS
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