13
Descanso.
Con pies desnudos del sudor. Me aquieto en este jardín, donde las rosas parecen
no dormir, donde las lavandas son parte de mí, donde un romero me insufla de
recuerdos. Y retrocedo, un paso atrás, antes de acabar en este hospital. Me
vengo donde el invierno era invierno, ahora es solo un aliento de polvo
sahariano que vetan mis ojos, mi respiración. La noche es cómoda, un agradable
desdén a la gelidez de esta estación. Ahora se puede decir que la primavera
forma eviterna parte de la isla…si, una isla arrinconada en la lejanía de otras
tierras, de otros amores. Aquí, en el instante donde la ciudad es duermevela me
envuelvo en una atmósfera de nostalgias que perecerán cuando el crepúsculo del
día expulse esta luna…esta blanca luna. Los hielos se están rompiendo y me quedo
aquí. Esto implica un cambio en el ph del agua , esto implique miles de
especies muertas, esto implica aumento del nivel del mar, esto implica ciudades
hundidas como la Atlántida. Siglos después , miraremos atrás y veremos este
mundo como con un cambio drástico lo que ahora nos encontramos, bucearemos en
lo que fue inevitable y seremos hallazgo de ciudades sumergidas en las
profundidades. Pero basta, el daño del agua. Sí, su daño. Ya sea agua dulce,
salada. Estamos ante el mal de este siglo, el agua. Un agua que se atraganta
cuando en su orilla ve un niño hambriento, sediento y no puede dar de beber. Un
agua envenenada de los avances de este mundo, por esas guerras sin fin. Me
acerco a un rosal, el ambiente trasquila una a una mis pieles fabricadas de
vivencias. Yo mujer solitaria cuando la madurez se refleja en mis ojeras, en
mis arrugas. Yo mujer , he llegado hasta aquí, arrastrando un carro de zarzas que
indujeron a este solido aislamiento. Dicen de que errores vivimos. Dicen que
los paso de ayer son espejo de nuestro espejo. Miro la luna. Huelo estas rosas
rodeado de un jardín en plena madrugada , mi vida hace un recorrido tiempo
atrás y me sostengo en el ya, en este tiempo que me hace levantar la cabeza y
el ánimo. Canto para mis adentros, como playa vacía, como loba corriendo en
yermas llanuras me expando y me edifico de cada pleito sufrido en lo hondo,
donde nadie puede llegar, donde nadie llegará. Me afirmo y desde este punto me ramifico
en lo maravillo, en saber decidir, en saber elegir. No, no hay prisas , el
tiempo contemplara los ojos que estáticos me haga temblar…Si , temblar cuando
los mire. Yo soy libre. Yo soy madre de mis actos. Yo soy estela que se atreve
a danzar sola…digan lo que digan. Y danzo. Y canto. Y es la madrugada, la luna
pálida me señala el andar de las horas. La luna pálida me avisa de mi grito en
la templanza de riscos donde todo lo mágico me absorbe. Mientras este planeta
parece estar enfermo, enfurecido, dolido. Mientras las muertes continúan en
suceso de la injusticia, en voces del callar que nunca sabremos de sus
torturas, de su parecer. Descanso. Mis pies desnudos. Nadie me ve. Aquí, en
este jardín bajo el edificio. Y tal vez encuentre el amor. Aunque consumida por
el hilar e hilar de mariposas que no vuelan pierda la esperanza. Pero que es la
esperanza, un pedazo extenso de ilusiones que nos hace continuar y continuamos
en lo frío del silencio. Un silencio que amo, un silencio que se empeña en ser
la plenitud de mis ojos. Las catástrofes se engullen este punto del universo,
pero sobrevivimos, como plaga beneficiaria o no de él. Y todo es cíclico, tendrá
que venir generaciones y generaciones para ver la claridad de los amaneceres, el
tiritar de las estrellas como muestra de que estamos vivos. Y tal vez encuentre el amor. Vientre con vientre.
Labios con labios en el curso de las horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario