sábado, septiembre 23, 2023

SUAM 15

 


15

Yo Suam en un rincón, salgo de esa cueva y miro el firmamento sin luna. Un mapa estelar me sorprende y todo se hace mudo solo, una pequeña brisa, una oscuridad. Yo Suam entonces como todas esas noches donde la luna me puede delatar sueño. Sueño en un mañana, en un despertar fuera de esta prisión de rocas. Sueño que algún día seremos almas libres en las sendas de una briosa paz. Sueño en mis seres queridos, en mi familia, herida, desterrada, ausente en mis manos. Sueño que llegaré a ser adulto y no cometeré este error fatídico humano. Sueño que con mis pies avanzaré donde el arco iris da pinceladas de un invierno cristalino. Sueño que volveré a la ciudad donde los muertos sepultados y a ras de  su tez ya no están. Yo Suam sueño y sueño que de mayor no seré un miserable más, no seré existencia de harapos y veré la lucidez de una sonrisa. Y como es cotidiano a estos momentos después de suplicar, de rezar a Dioses sordos retorno a la cueva. Todos duermen. Todos sueñan. Unos en tranquilidad y otros en el delirio. Y es que esto es una mala pesadilla que no deseo ni al peor enemigo. Yo Suam, me siento a la vera de ellos y sueño y sueño y el dolor distorsiona mis sentidos y las lágrimas empapan mi garganta y siento que tengo sed…sed de esperanza y paz. Las mujeres de la cumbre como cada noche vuelven y sus baladas me apuran a descifrarla, es como si fuera un exorcismo de todo el mal que impregna en esta atmósfera, en esta isla. Un sudor frío se apodera de mi sangre y despierto, estoy aquí, en el faro con la gaviota. Yo Suam tengo ganas de llorar y llorar, me estremezco, pienso en ese veneno que han echado en mí y me levanto de este sillón que tiene ojeras. Qué terrible fueron aquellos años. Yo Suam me digo que solo vale la pena la paz, que solo vale la pena amar, que los sentimientos son aquellos que nos mecerán en el futuro y todo lo demás es un amasijo de recuerdos de aquello que amamos , de que aquello que odiamos Uhm, estoy solo, con la gaviota en este ancestral faro. El lo sabe todo, puede predecir lo que vendrá y en sus entrañas solo restos de lo que fue. Y, ahora, el silencio. Ese silencio que se transforma en una voz que clama al ayer. Suam por favor, no se puede salir, no salgas te lo prohíbo. Grita mi madre con la desgarradora gana de vivir  ¡ Oh madre¡ dónde estarás? Este silencio me consume ahora que ha terminado la guerra. Caigo sobre el sillón que tiene ojeras y miro ese piano. Estoy mortificado, una ansiedad me lleva a cerrar mis manos y apretar los puños hasta sangrar.

 

 

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