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Yo
Suam duermo o eso intento. El intentó ser amado y la dejadez de los años lo
transformaron en un hombre solitario.
Una extrañeza que para muchos era similitud de huraño, de áspero, de
grosero. Pero por lo que puedo palpar no era así. Su sensibilidad llegaba más
allá de los confines de este universo. Era un hombre que sufrió , que lloró en
su soledad alimentada por su carácter. Por lo que puedo ver era muy culto
aunque no tuviera estudios solo la herencia de sus antepasados. Un ser
enriquecido paulatinamente por vientos del norte, por vientos de sur, por los
vientos cualquiera que fuera su sentido. Un hombre construido por los pilares
de la carencia, del desamor, del desencanto. Y así se fue encerrando en este
faro, su vida. Imagino sus ojos observando, examinado cada barco que llegaba,
en alerta. Esta guerra acabada terminó con él. Pienso su aislamiento mientras
su isla era burlada por nefastas mazas oxidando, matando cada persona en sus
sentidos. Ahora parece que quiere amanecer, me asomo a la ventana y veo la
playa y veo la quejumbre de una ciudad pisoteada, asesinada en cada una de sus
ganas de respirar. El aire huele a muertos amontonados, esparcidos en su todo. Yo
Suam me lamento como se estaría el lamentado en los años de esta. Mi abuelo no
lo vimos más pero su energía, su esencia revoloteaba en nosotros cada día, nos
daba un cierto empuje para que no sentir remordimientos ante su desaparición. La
guerra continuaba. ¡Suam recoge tu cuarto¡ y yo me quedaba atontado. Recoge tu
cuarto…con lo que estaba pasando. Nos quedamos sin agua, sin electricidad y la
luz de velas estábamos ¡Suam recoge tu cuarto¡ Mi madre actuaba como si nada,
como si no pasara nada y se lo agradezco ahora. Sus interpretaciones, tanto de
ella como de mi padre, fueron magníficas, delicadas. El piano ronda, su sonido
es interminable y es como si el estuviera aquí. Escuchó, siento y mis piernas
tiemblan ante tanta maldad. La playa ya no es playa sino un cementerio de seres
anónimos que intentaron huir y no pudieron. Salgo por unos instantes. Yo Suam
respiro…inspiro y espiro y soy una mezcla de temor e incredulidad. Todo es
callado…hace tanto tiempo que no sentía este silencio que me cuesta creerlo. Mis
ojos derivan a la gaviota y los de la gaviota derivan a ese mar que nos
envuelve. Siento gritos. Siento bombardeos. Siento saqueos. Siento el horror. Los
traumas de una guerra. Con mi dedo describo círculos en el aire, así es la
vida.
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