Andas ahí. Sí, te siento. Como la
brisa surcas sin prestar tus ojos a la mirada soez. Y yo sé que andas ahí, te
encuentras a en tu reconditez. Tu vientre suda lágrimas de un ayer para
retraerse en la calma. Andas ahí, desapercibida con tus manos como cuencos de
cráteres subterráneos a la espera del beso. Y ese beso no viene. Y si que andas
ahí, aguardando. Te haces mayor y escribes versos que se los lleva los vientos
del norte. Sibilina, conversas contigo y hallas cada fragmento frágil de tu
esencia. Andas ahí, tu olor me encuentra y espero como tu esperas y converso
como tu conversas y miro como tu miras. Un cielo estrellado se acuesta a
nuestro lado, somos parte de él y a la deriva de su música callada seguimos y
espero como tu esperas y converso como tu conversas y miro como tu miras.
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