sábado, agosto 12, 2023

3 SUAM

 

3

Yo Suam me acerco a la bahía, las olas siguen su trayectoria continua pero con el reboso de la contaminación de sus carnes. Miro el faro, lo único intacto. Su luz aun parpadea y su temblor dice algo de su habitante. Es como si nada hubiese ocurrida o mejor dicho es como si la esperanza se abriera ante nosotros. Escucho el llanto de los animales marinos. Una ballena varada en la orilla. Otra ballena varada en la orilla. Otra ballena dando su último aliento. Piso la arena con el temor que una mina me acribille y haga pedazos de mí. Proyectiles viviendo en la playa. Esa es mi visión. El día de un agosto pesado, gris, húmedo y un calor rebanando mis piernas. Restos de cuerpos anónimos sembrados en toda su dimensión. Me detengo. Una gorra blanca pero podrida. La cojo con el miedo de encontrarme algo bajo ella y me la pongo. Una gorra blanca indicando la lucidez de las jornadas venideras. Una gorra blanca que me oculta de las miradas del terror. Una gorra blanca y sucia de alguien como yo . Y ese alguien ¿dónde estará? El bochorno correo mis brazos, mis piernas con un sudor de dolor , un dolor latente por mucho…mucho tiempo. De nuevo me encuentro con el faro en su luz que gira sobre si misma. Una gaviota se me pone en medio. Sus ojos negros. Sus ojos tristes. Sus ojos ausentes por falta de alimento. Sus ojos viendo los desastres de la guerra. Permanece estática e intento acercarme a ella. Y se deja. Deja que me acerque y la acaricie. Siento su debilidad, le doy agua que llevo de una botella y pan duro que están en mi bolsillo. Ella, lentamente, con la herida de la supervivencia come con celeridad, con la ansiedad de días y días estar envuelta en penumbras. La observo, tiene un ala herida. Cuando termina la cojo y deja que mis brazos la lleven a donde yo voy. Yo Suam tengo una gaviota ahora que cuidar, que sanar mientras dure esta circunstancia del circulo de su vida. Vamos al faro, a ese faro que tanto mi abuela contaba historias de las gentes que allí vivían y viven, imagino, él no ha dejado de dar esa luz cuando era todo oscuridad de manera intermitente. Y no sé el porque me atrae, será porque da señales de vida, como si nada hubiera pasado, hermético, protegido por la ferocidad de las mareas y rocas deformadas de su hábitat.

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