Ah, que largos son los puentes donde el colibrí anuncia la
alegría.
Ah, que oscuridad impregna mis ojos ante el amor muerto.
Ah, que manos requieren lo pesado de mis viajes en los sueños
Ah, que despertares tan clamorosos cercan mis sentidos.
Ah, que belleza la de amarte.
Ah, que amar es estrangular los sórdidos gritos de los
desheredados.
Ah, que hermoso que las ballenas cantes.
Ah, que la palabra perfecta nos embriague de silencios.
Ah, que angosto son las pasiones de mi corazón.
Ah, maldito corazón, vuelves en el comienzo de una nueva
primavera.
Ah, que las batallas callen-
Ah, que la libertad sea abasto a esos que se quieren, quien
cree en la esperanza-
Ah, que la sombra de un limonero de cobijo a lucidos
mañanas.
Ah, que venga…que venga la redonda luna con blancos pañuelos
de paz.
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