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Mi
ventana da para las profundidades donde las ballenas van a ascender hasta la
superficie. Una ventana donde el temblor ya no existe. Solo, un dejarse ir
donde la marea revuelta, nefasta, enterrada te lleve. Observo, consternada,
apagada, herida. La aridez raja mis ojos y la mano se agarra fuerte a mí. Amor,
amor, agárrate fuerte iremos donde el universo sea cumbre donde nuestros labios
se besen y se vuelven a besar, donde las acaricias sea una constante en la
oscuridad. La lucidez de esta noche es inédita, es anómala, es yerma. Ya no se
escuchan gritos, los gritos de los desaparecidos, de las tumbas en señal de
duelo, nuestro luto. Suenan trompetas. Suena un tambor y una flauta se queja. Veo
un mundo sin agobio, sin prisas. No hay prisa ya solo, abrazarnos en esta
visión tosca de este planeta. Ahora seremos seres de polvo de estrellas mirando,
mirando lo aburrido de tener que presenciar cada guerra, cada sueño eclipsado.
Me siento bien y tu ¿cómo te sientes? Somos puente a una cárcel donde la
tortura es implacable, aberrante, terrible. Pero…después llegará esa sensación
de paz interior que tanto y tanto necesitamos en la etapa de la historia que
vivimos. Sin embargo, amor mío, me voy con la desesperanza de una atmósfera que
es putrefacta. Las ballenas danzan. Escucho una trompeta. Escucho un tambor.
Escucho una flauta como lamento eterno. Agárrame fuerte amor mío ¡Amor del alma
¡ Danzaremos con ellas, donde las algas se enreden en nuestros pies, en nuestros
ojos para no más ver el sufrimiento. No acepto el sufrimiento en la vida ajena,
amor mío. No acepto ese llanto perdurable en el tiempo. No acepto que la
esperanza se vista de gris. Las nubes pasarán y saludaremos. Diremos hola, pasábamos
por aquí y entregaremos toda nuestra energía a aquel que sueñe con la alegría.
La alegría del vivir. La alegría de las calles. La alegría de las arboledas. La
alegría de una mirada que dice que hay que dañar más. La alegría de ser resonar
de montañas donde los pinzones vuelan a ras de una luna, de un sol, de unas estrellas
firmes en la paz.
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