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Embrutecidos.
Estamos embrutecidos, lo noto. Lo capto en el instante de como tomamos el dolor
ajeno, el dolor extraño, ese dolor en las atmósferas distintas a nuestro pulso
cotidiano. Y ahora cae sobre nosotros, no veré más esa calle de siglos donde
mis piernas danzaban con el viento, donde mis piernas se adosaban al rumor de
las arboledas. Hemos caído tan bajo…tanto. Que no es normal pena, la desgarradora
imagen de un niño en su llanto, en su destrucción. Romper añicos toda la inocencia
con toda nuestra oscuridad. Estamos de duelo. Estoy de duelo por todos esos seres
que se hunden en la derrota y solo logran ver cementerios flotantes en sus
ojos. Ya no veré más esa calle de mi vida donde mis piernas jugaban a ser lo
que soy, a ser lo que no soy. Mi infancia solo es una masa de polvo y destrucción.
Y no más reconoceré al vecino, a la vecina, a las palabras de un saludo, de un hasta
luego. Sólo el adiós en todo su tormento escribirá en el mañana a su manera,
esa manera donde la falta de neutralidad analizará el porqué, el porqué de
batallas perdidas, de batallas confundiendo la razón. Y perderemos la razón, es
cierto. Nos adentraremos en un mundo de tinieblas y terroríficas donde lo
humano se vuelve irracional. Muchos no sobrevivirán y los que sí en su memoria
cabalgará los colmillos de la agonía, de la impotencia, de la incomprensión, de
esa llamada a la huida. Mi calle desbaratada, mi calle desparramada en ríos de
sangre donde solo asoma una bandera, una bandera blanca rendida de tanta y tanta
angustia. Cierro los ojos y me siento frente a esa ventana donde la nada y el
silencio abortan mi reconditez. Me quedo pensativa, embelesada con este callar.
Una especie de desesperación encarecida me sobreviene y siento la pesadez del
ultimo aliento. Ya no veré más esa masa de dragos bañando mis despertares. Un
sol se oculta y la lucidez hila e hila las incoherencias del humano. Todos
queremos sobresalir, ser escena que no se pierde tras la bajada de un telón. Conducidos
por ideas erróneas nos encauzamos al desdén por la vida. Por una vida
dignificada por la sonrisa. Donde está esa sonrisa y el niño llora y las
ballenas cantan donde van a moriR---CONTINURÁ
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