Entre las brumas .Una barca .La voz del vacío. El bramar de las olas . La violentada brisa.Y yo, en a orilla, esperándola. Cuando encalló en la arena fui hasta ella, una bandada de pardelas iban detrás de mí. Era la noche, la noche sin luna. Dentro de ella no había nada sólo un pozo donde mi rostro se envejecía a la vez que me acercaba. Mi yo, exhalando el último grito en la oscura playa con el ronronear de las mareas. Tenía un mensaje, ese charco en su fondo. Un mensaje donde las vivencias de mi vida habían marcada los desiertos de mis pasos. Yo y la barca. La barca y yo. Yo y la noche. La noche y yo. Vigilantes estrellas se me aproximaban con la sabiduría de mis años desvanecidos. Hacían coro donde se dibujaba un túnel, un túnel de lo efímero que es el vivir sin el pulso de la alegría. Y no es que tenga amarguras. Y no es que duela el camino. Y no es que no se halla tropezado conmigo. Solo, mi existencia, hermética. Enraizada en los profundos huecos de lo estático. Y yo, en la orilla, esperándola, entre brumas.
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