Estás aquí. Sí estás, evacuando lágrimas
en el surco de las nubes que despierta la luna…la luna blanca. Un halo especial
te hace venir a mí. Una belleza con los años acentuada. Porque la belleza se
arraiga al paso del tiempo marcando cada espíritu culto en lo infinito de sus
labios conversando con el silencio. Estás aquí. Sí estás, alma que en la
molicie del ayer es cumbre del hoy, de un presente que sueña, que se encuentra
en los jardines mágicos de la pasión. Porque hay pasión, aunque las estaciones
nos rasguen los ojos, la boca, el cuello, las pisadas. Aquí, ahora, en un ya
envuelto en misterio. Así es como me gusta sentirte, vuelo alto inaccesible de
lo bonito de los corazones. La sonoridad de las olas te llama, la noche ha sido
pesada, mortuoria, pero escuchas la canción de las ballenas y en un arranque de
vitalidad te levantas, te aferras a tu verticalidad y te siento. Estás aquí,
con el resonar ausente de la muerte, con las voces de tu yo meciendo las jornadas.
Tal vez no te lo he dicho. Tal vez te lo diga nunca…pero un cierto amor, un
cierto querer despertando sin llegar al roce de tus ojos, de mis ojos. Arranco
la oquedad de mi palabra y me amamanto de los deseos, de esos sueños planeando
donde las ballenas cantan. Estás aquí. Sí estás, te siento enraizada en tu
olvido. Y olvidas, porque olvidas, que te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario