El mar que nos rodea, las aves que se apagan. Nubes pelando los ojos de la alegría. La nostalgia de un mañana, de un tiempo que se desprende a ras de mis penas. Somos hijas de esa masa oscura, la miramos, cuando la noche nos aprieta con el silbo del viento…un viento fuerte, húmedo. Vemos el despertar de las estrellas y en un instante somos eviternas cometas de los sueños. El ronroneo de la marea nos abraza, aunque con su mal humor, con una mar de fondo donde los muertos laten en nuestras pisadas…lentas, precisas. El adiós no pronunciado. La voz ahogada. La sed perenne. Y seguimos aquí con el llanto penando en el ahora. Y seguimos aquí, amándonos. Y el mar nos rodea, y las aves se apagan…Levanto la vista, alzo mis ojos aun vuelo inconfesable y murmuro algo de ti para mi y murmuro algo de este mundo para mi y murmuro algo del destino para mí. Todo cambia menos, el mar que nos rodeas, las aves que se apagan
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