sábado, febrero 05, 2022

CALIMA(NARRATIVA)4

 

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La sonoridad de una tele delatando la quejumbre de un planeta en ambiente hostil. Un campo de refugiados, dos campos de refugiados. La deriva de las guerras y la miseria los llevan a un viaje largo y espeso por los vastos sentidos del ser humano. El drama es real. El drama juega con vidas. No se puede hacer nada. Una alambrada apresa almas desoladas por la condición de ser, de ser de campos extraños. Un océano apresa almas hambrientas donde los sueños rozan la muerte. Una muerte que llega cuando en soledad sus cuerpos se hunden las profundidades de las mareas. Mujeres apaleadas por el simple echo de ser mujer. Un mundo que gira y gira en el desorden de sus inquilinos, en el caótico deseo que se pierde en la nada. Ellas, enamoradas, escuchan desde ese sofá los terrores de la humanidad. Apagan la tele, conversan con la nada y el callar es nube gris que las enturbia. Una sale a su rutina diaria, correr por ese asfalto donde las tempranas horas hace ausencia de polución. Otra, se acuesta después de la dureza del trabajo, cansada. Las zancadas se hacen al principio lentas, por su mente van sucediendo imágenes de un ayer, de un pasado que aun duele. Porqués hechos que nuestra taconear en la vida duele, nos pesa. Ahora, libre, transfiere su dolor en cada pisada, en cada pensamiento de su entereza. Y ella fue atleta, atleta perdida en la sobriedad de las jornadas, perdida en la violencia del hombre. Una violación, un sin sentido que la pierde hoy en día en el dolor, en una angustia particular sacudida por el temblor de sus pilares. Y todo es espeso, porque no recuerda bien, solo kilómetros, kilómetros con el sudor a cuesta y la dejadez de los años.  Y lo conto, como atreverse…tu mujer…hay que decir que han abusado de ti. Y por ello por loca te tomaron. Y por ello te tomaron loca, con el delirio presente de otros sucesos te cuestionaron. Entonces tomaron el rumbo del aislamiento. Entonces tus espaldas rajadas se orientaron al vacío. Entonces tus piernas tomaron la dirección de la soledad y el silencio. Y por ello te tomaron por loca. Las cicatrices se revuelcan en tu vientre, en tu razón. Y tu razón despierta los sentidos de tus heridas, muchas. Y la otra sueña y sueña, dormita complacida entre sábanas blancas mientras la calima es dejadez, es agotamiento. Espera que la complicidad de su querer regrese a casa. Ella sabe de todos sus pesares, de todas sus penas fallecidas cuando sus piernas baten el suelo. Cada pisada se convierte en un estrecho marginar de sus dolencias. Cada pisada se transforma en la verticalidad de sus días. Cada pisada se enfrenta a su escalada hacia cumbres donde es intocable en el ahora, en el mañana. Y desde su dormitar escucha el ajetreo de los pajarillos tal vez, contentos de la ida del mal tiempo….CONTINUARÁ

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