sábado, enero 01, 2022

DIVAGACIONES DE UN ENERO

 


Andamos en un año nuevo. Un siglo donde la enfermedad y el desquicio del mundo nos vuelve más usureros en la mirada, en la mano que viste la verticalidad del otro. Estamos aquí, en una minúscula y apartada atmósfera donde la llamada de la existencia se aferra a ser pájaro de cierto canto. Venimos de las raíces liadas de esta tierra…de esta tierra que pisamos sin darnos cuenta de su dolor, de sus penurias. Estamos distanciados con la fijeza de precipicios como bocanada de aliento. Nos consumimos en la manera de una danza otorgada por una enfermedad que no se. Andamos en un año nuevo y divago en lo real y lo no real. Todo es relativo y me confunde. La luz, esa luz que nos da la vida, entra por la ventana. Abro persianas, abro puertas, abro mi corazón y me entrego al color de este día…de este día en la inflexión de las conclusiones. La historia avanza. Ahora la miramos en el espejo de la inconsciencia. Todo pasará, todo se estancará en la suplica de la verdad. Andamos en un año nuevo. He entrado en la habitación de la epidemia, sin protección, dicen que es positivo. No, no hay miedo. En el ambiente donde me muevo ello no tiene cabida. Posamos en un año donde con la calma de un mañana nos por mares de esperanza. El, intacto, con la mirada desviada en los luceros de la noche. De una noche que se va para el regreso de una nueva.

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