Y el crepúsculo viene, Viene con sus penas, viene con la
conversación de los pájaros, viene con el vientre roto ante la memoria perdida.
Los pasos se vuelven lentos, son las siete de la mañana y la conformidad del universo
se entrega a mis ojos. Mis ojos inconclusos, mis ojos resignados, mis ojos
buscándote. Y el crepúsculo viene, me encierro en la habitación bajo la visión
de una lámpara de decaída. Me empujo donde las olas rompen y la mar de fondo dice
que tal vez mañana. Tal vez nos encontremos,
tu y yo…yo y tú. …y ese abrazo con el afecto de los labios se expandan en cielos
de cometas de colores. Hoy, en este instante donde mi aliento se vuelve rígido,
te espero. Siempre te he esperado, aunque no lo sepas, aunque ignores mis
sueños. Y el crepúsculo viene, estoy en la isla. Una isla donde la primavera da
tonadas de cierta tristeza cuando el abandona sacudo nuestras manos, nuestros
pasos desorientados. Y, sin embargo, te espero. Aquí, con una soga aferrada a
mis palabras de amor. Y el crepúsculo viene, unos se van, otros se quedan en un
diminuto instante de tiempo. Y te escribo,
con el dolor de almas ancladas en la profundidad de fosas anónimas. Y te
escribo, con el desconcierto de una luna que me mima, que me extiende todo su
fulgor sobre mis hombros, cansados. Y el crepúsculo viene, viene con sus logros, viene con sus amenazas,
viene con la dicha de una nueva jornada donde los corazones se rinden al descanso.
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