jueves, noviembre 04, 2021

LA MADRE 2(NARRATIVA)

 

2

Me desprendo de mi cuerpo, orbito en la duda. Una incertidumbre que me desorienta. Siente algo de calma y un cierto temblor divisa mi cuerpo fundido en llamas. Ya no estoy y a la vez sí. Soy nota de la musicalidad del universo, este universo que nos acoge, que nos invita a ser hijos de este mundo. Me he ido, no lejos, un espacio negro me cubre, pero su equilibrio es indiscutible. Escucho las voces de las penas, del sufrimiento agotando la tierra. La nada. El vacío. Un impulso me hace pensar en ti, en tu huida. Ay, querida hija, permaneceré intacta en el tiempo, hasta que nos encontremos en las estrellas. Esto es la muerte, una muerte que nos entrega a otros cuerpos. Renaceré ante tu ceguera en el paso del tiempo. No me reconocerás, no me reconoceré. No obstante, seremos unísona luz de nuestras pisadas. Observo el llanto de estas gentes, de un país que se vuelve plomizo. La pesadez de la desilusión acecha en sus hombros y caen, caen en la derrota de la vida, caen en un sórdido llanto que los hace hijos de la miseria. De lo mugriento que es ese mundo.  Un mundo de guerras idiotas. Presto mi asombro al fanatismo más incoherente. Somos incoherentes. Somos desequilibrados. Somos asesinos. Quemamos nuestro hogar, la tierra. La hostilidad nos hace sordos y no oímos su grito.  En esta era todo es confuso, nos hemos vueltos agreste, un cierto detalle de nuestras manos. Manos ensuciando cada rincón de ese mundo llamado tierra. Desde aquí, querida hija, te miro. Se de tus errores, pero también de tus aciertos. No, no llores cuando llegue la noticia…si llega. Ahora, estoy en otra atmósfera, en otra dimensión donde todo es bello, donde todo es verdad. Lo bello y lo verdadero…lo verdadero y lo bello. Nuestra condición es ser humano. Nuestra condición es la prueba de la diversidad. He fallecido hija. No te preocupes, estaré en tu existencia contigo. Una llama enciende la espera, mi espera, aquí donde los corazones vuelan en la alianza de lo natural, de lo real ¿Dónde está la cura? En la absoluta hipocresía, nos mentimos a nosotros mismos de igual manera que a los demás. La compulsión de ese ambiente donde se mece la esfera azul es arrasadora. He muerto, querida hija. No se quien me ha cerrado los ojos, estos ojos que han visto los desastres de la guerra ¡No¡ no llores cuando llegue la noticia…si llega- Te abrazo amor mío y que mi abrazo sea tu talismán cuando me pienses, cuando andes en caminos de lodazales. Ay, querida hija…hija querida…CONTINUARÁ

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