La sequedad de los vientres
Los ojos oscuros descansando
Sobre vertientes nortes.
El aliento de tu cuello,
El piano lento
Y somos labio a labio
Y somos alas valientes
Y somos acaricia del oleaje.
La estancia columpiada por pisadas
Pisadas desnudas de jardines flotantes
Donde los pájaros cantan
Y somos el imperfecto movimiento del querer
Y somos notas de un quejido aislado
Y somos playa del crepúsculo de nuestras manos.
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