He disparado.
Has disparado.
El temblor se cierne en mi rifle.
El temblor se acopla a tus pensamientos.
El sudor me aniquila.
El sudor te desangra con el paso del tiempo.
He ido a la guerra sin fin.
Has ido donde las tinieblas te estrangulan.
He matado.
Has matado tu mañana.
He matado a niños, a mujeres, a hombres.
Has matado cada paso de tus sueños.
Me siento en el abismo de mi conciencia, me siento en el borde de la muerte, me siento en la explosión eviterna de las penas.
Te sientes aborrecible, te sientes culpable, te sientes hombre vencido por las tempestades de las luchas injustas de este mundo.
No ¡no¡ no soy inocente, no soy víctima. Soy el verdugo de un horizonte que no despierta, de una atmósfera desbaratada por las balas de las tumbas.
No. No eres inocente solo el resonar desgarrador de gritos en la oscuridad. Una oscuridad que te ha llevado a la nada, al vacío, a las aguas pantanosas de tus sentidos. Todo ha acabado. La guerra ya ha terminado pero tú solo serás fuente de los remordimientos.
He disparado.
Has disparado.
Las brumas me envuelven en un velo de sangre.
Las brumas ansían tu adiós.
Mis manos ¡mis manos¡ se sienten cansadas, se sienten inmersas en pozos gélidos.
He disparado.
Has disparado.
No es pena lo que siento….solo, un aturdimiento que me lleva a los ecos sonoros de la devastación de mi verticalidad. Caigo donde los ojos blancos me quiebran. No me contengo en pie y de rodillas soy cementerio de fosas comunes.
Sufres.
Sufro.
Has disparado.
He disparado.
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