Su fisionomía era secuencia de los riachuelos
que presencian la vida. Nacía del
alboroto de la alegría como bienvenida hermosa a su nuevo rol. Sus ojos se confundían
con la ausencia de ser formar parte de un legado de otros años. Sin embargó,
nacía con la condición del bien y del mal, de lo claro y oscuro que vida amarraba a su cuello desnudo. Un
grito en el silencio de su nada la reactivo y ahora era otro pedazo minúsculo
de esta tierra. Su andar , embelesado a todo lo que surcaba a su derredor, era cauto,
entregado a sus nuevas singladuras por el espacio que habitamos. Sus manos, enderezadas, se consumían en ser pacto del
amor, de un querer que la recogiera en
su sombra cálida. Ella venía de otro
lugar….un lugar distante para la razón de la existencia. A medida que avanzaba iba vistiéndose, de
humana, para no aparentar su lejana
procedencia. Algunos vagos recuerdos del ayer se cruzaban en su memoria. Ahora
estaba aquí con la visión de una experiencia. Desde sus sentidos examinaba,
observaba, tocaba todo…el todo. Y el todo
era un mundo desajustado, desequilibrado,
desorientado. Ella, neutra, a todas las ideas se entregaba a escuchar.
Escuchar la tonada de los pájaros, escuchar el rumiar del oleaje, escuchar el
crujir de las ramas, escuchar el lamento del viento….del
viento. Sentía como si este mundo
abocara al vacío, a un abismo imposible de parar. Penas, dolor y el coraje de quien lucha para
atragantar toda su miseria, toda su nada. Su conclusión aportó que esta esfera
era como los seres que la habitaban, su madurez tardaría años en llegar. Una
madurez cual costaría la vida, la
sonrisa, las pisadas de las arboledas en su ascensión al sol. Una madurez
cual seductora de cada miembro , de cada sociedad sin los rencores del
ayer, sin el atravesado odió entre sus integrantes. Su fisionomía volvió aquel
riachuelo del que manó. Su muerte fue disuelta en su olvido. Sus ojos se
embarcaron a otros lugares del universo. Ella hija del cosmos. Ella hija de
jardines flotantes eviternos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario