AMADA (TEATRO)
ESCENA 1
Viene el amanecer con una luna difusa en las horas. Ella, Amada , circula
a través del monte con la distancia de los pinares, con la distancia el
monteverde. En sus pasos lleva pan y queso(elaborado por ella). Se halla
dichosa, entremezclada con los senderos solo conocimiento de ella ascendía a la
cumbre. Una alegría la asumía en sus años donde la entereza la transformaba
como pinzón azul de aquellas tierras. Abajo el pueblo, se iba alejando como la noche
del día.
CAMPESINO:
Oh amada, aquí estoy con la temprana examinando la cosecha. Ya te
diriges a tu hogar. Oh, amada, quieres tomar algo. Traigo café y yo supongo que
tú, con tus manos dichosas llevas consigo algo para picar.
AMADA:
Sí, retorno. Que belleza nos asombra en estas tierras ¿Cómo va tu
cosecha? Por lo que puedo observar bien. Sí, tomaré de tu café. Yo traigo algo
de pan y queso.
Campesino:
Sentémonos Amada. Aquí, en esta piedra. Brindemos con lo que la tierra
nos da. Oh , Amada qué sabroso es tu pan y tu queso. Corriente arriba vas con
tu rebaño al azoque de tu techo.
AMADA:
Ay Tomás. Todos los amaneceres me dices lo mismo. Yo brindo porque
siembra sea fructífera. Qué tu siembra con este buen café te de lo que quieras
para continuar con estos saludos tan dichosos.
CAMPESINO:
Porque no dejas la cumbre , Amada…ahí, tan sola.
AMADA:
No, Tomás. Ahí me mezo con la memoria , con mi mundo. Prefiero esa
soledad apoderada de recuerdos alegres, de recuerdos míos. Solo míos.
CAMPESINO:
Por cierto, he de decirte algo. Ha venido un médico Amada. Parece
buena persona…
AMADA:
No me preocupa Tomás. Siempre el extraño es bien recibido en estas
tierras mientras respete nuestro sentido de la vida.
CAMPESINO:
En mi cabeza ronda cuando sanaste a mi hijo querida Amada.
AMADA:
Me marcho. Gracias por tu café. Voy con mis cabras hasta mi cueva.
Ellas me acompañan. Mira Tomás, lo hermoso que se el pueblo. Mira Tomás, qué
bello es este monte. Pero te digo una cosa, el tiempo habla de tormenta. Tu
también deberías irte a tu casa. Una tormenta que nos deja los ojos rasgados de
llanto cuando nuestra cosecha se derrumba, te digo Tomás. Pero no te preocupes,
conversa con la fe , con la clemencia del tiempo y verás que todo es pasajero.
No, no pongas esa cara.
CAMPESINO:
Adiós Amada. Ya nos veremos otro día, otro día donde nuestras palabras
esbozaran esperanza, alegría. Sí , me preocupa esas nubes grises, pesadas. Todo
será cuestión de paciencia y tal vez se alejen.
AMADA:
Oh Tomás. Que sople el viento
en el encuentro de tu calma. Que sople fuerte…muy fuerte y los nubarrones se
los lleve el mar. Adiós Tomás.
VOZ FONDO:
Amada se levanta. Amada se va . Amada sube por nadie la ve con su
rebaño. Amada la desconocida. Amada la misteriosa. Amada sigilosa en la fuente
de su verticalidad se va. Mientras exhorta un rezó. Deseo de todo bien a su
amigo.
AMADA:
Que no venga la tormenta.
Que las aguas sean leves.
Que las gentes se nutran de beldad.
Que no venga la tormenta.
Que las horas sean mansas......
CONTINUARÁ
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