Lluvia. En el tic-tac donde las horas se retuercen bajo un
almanaque parece inacabable la tormenta en medio de la madrugada lanza sus
bocanadas de lágrimas. Y la noche pasa, otro amanecer donde las calles aisladas
de pasos, de huellas del olor de la existencia se desatada en la nada seduce
mis ojos. Mis ojos abiertos. Mis ojos absorbidos por la claridad. Mis ojos
lamiendo el canto de las aves. Mis ojos acariciando el mañana. Sí, el mañana.
El hoy se presta a verjas punzantes cuando nuestros cuerpos danzan con la luz.
Ya queda menos amiga, amigo de estar bajo techos fúnebres donde el aliento
resquebraja los sentidos. Ya queda menos amiga, amigo de la danza en solitario
sobre un suelo impermeable al alarido de las almas dolidas, de la pena hiriente
atravesando sus gargantas. El tic-tac sigue, un pulso de alas vestidas de
verdes nos visitan. Planeamos donde la mente imaginaria crea tierras paralelas
en un desván de ensueños. Lluvia. Anoche
ha llovido. En el tic-tac de los días amasamos el encuentro, la bocanada
permeable de un abrazo tibio con la riqueza de nuestras manos, de nuestros
labios. Y continuamos presos a través del ánimo, de la vitalidad de un baile
con nosotros mismos. Ya queda menos amiga, amigo en este paso frente a la tempestad invisible para el
renacer de nuestros encuentros, de nuestras manos en el despertar de un nuevo
mundo.
4 comentarios:
La tristeza es bella cuando le ponemos palabras y colores. Gracias por tu poema y tu pintura.
Muchas gracias. Abrazoooos
Ojos absorbidos por la claridad.
Gracias, Dunia.
Un abrazo.
Gracias .Abrazoooos
Publicar un comentario