viernes, marzo 20, 2020

DIVAGACIONES DE UNA MAÑANA 20 DE MARZO...







Divago. ..divago por estas estancias, por esta estación que nos trae lluvia. Me siento y frente a mí una pantalla donde se van descubriendo las palabras engendradas desde la reconditez. Buceo por cada habitación, saludo la mañana y suplico a no sé quien que la gelidez se ahuyente. Que venga un sol con todo su brío y calidez.  Amanece y ella se mueve al son de una balada y ella se entusiasma en el canto de los pajarillos que aun transitan en las calles. Amanece y ella se entrega a  la entereza de sus espaldas.  No se queja, solo canta a las luces de la mañana. Otra jornada. Otro día donde tendrá que guerrear con su interior, presa de la música se deja ir, baila y canta con el cosquilleo vertical de una sonrisa. Ella sola. Ella y el amanecer. El amanecer y ella.  Toma aliento en una respiración profunda y lenta. Y sus piernas brincan al ritmo de sus latidos. Se siente bien, se siente despierta ante la tempestad cruel que nos arrastra, que nos trastorna.  Abre la ventana y se fija en un mirlo que posa en una rama, sonríe. Penetra en lo hondo de sus sentidos y de nuevo la danza, y de nuevo el saludo. El amanecer y ella. Ella y el amanecer. A lo lejos divisa una fuente que en el ayer era yerma y ahora luce agua de colores, agua que corre y la viste de serenidad. Divago…divago por estas estancias, me introduzco en el ensueño, me acaricio las manos y doy bienvenida a esta jornada donde los rostros grises te miran con cierto recelo.  La confusión a veces se adentra pero cierro puertas, cierro ventanas entregándome a los deseos.

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