sábado, marzo 14, 2020

Calma....















Calma. El todo es la calma. Paredes que estrujan los pasos rutinarios hacia una luz del crepúsculo. Silencio. El todo es el silencio. Calles solitarias, algún ladrido y no más. Aislamiento. El todo es el aislamiento, cuerpos moviéndose en torno a las manos caídas, a las manos lejanas, a las manos ahuyentadas.  Y aquí estamos, corriente gravitando alrededor del murmullo de una pantalla, de un papel como afluente de las noticias. Nada. El todo es la nada. La distancia en la existencia de la interiorización, en el cavilar con nuestra alma, libre de cada espejo reflejando la ausencia. Sin embargo, el cosmos nos abriga, los astros pacen sobre nuestros hombros.  Sin embargo, luchamos en el espacio de nuestras conversaciones con las mareas, con las cuidadosas pisadas abasteciendo nuestro espíritu. Encendamos una vela, pronunciemos vida y seremos resonar de la alegría, de la conciencia de este mundo.

1 comentario:

Juan Noyes dijo...

Seamos, sí, resonar de la alegría..