Estoy ante ti ¿no te has dado
cuenta? Sí, con ojos oscuros sombra de tus huellas. Aun soy impertinente y
persisto en observarte. Acaso, no me ves. El tiempo se lamenta, el tiempo gruñe
a los espejos con la manía de estar aquí. Sí, con ojos locuaces abandonados en
tu lejanía. Estoy ante ti congregando
astillas sobre mi espalda pesada. Tan pesada que los pasos se me hacen
invertidos donde los riscos arriban en mi caída. Estoy ante ti ¿no te has dado
cuenta? Herida lamiendo las horas, las estaciones ante la locura de ser mar de
tu esencia. Sí, con ojos rajados por el mal viento del querer, de amar en la
ausencia de tu verticalidad ante mí. Gravito en una jornada despejada invernal,
la calima vuelve y mis pisadas me llevan a ti. Sí, a ti con el goteo eterno de
tu ida. Acaso, no me ves. Te busco, te encuentro y vuelvo a buscarte y vuelvo a
encontrarte tras las escenas rasguñadas del ayer. Sí, con ojos oscuros amándote.
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