sábado, noviembre 23, 2019

AMPUAM...8 PARTE


8
Anochece…¡te vas amor¡ quieres dormir, te dejo descansar. Yo voy a dar un paseo por estos terrenos que me pertenecen, que nos pertenecen. Noto que el nocturno que viene es más cálido, se le antoja desviado de nubes y una luna viene. Ella me dará luz suficiente para dar una vuelta y recoger leña. Estás bien querida Marie. No, no hace falta que digas nada, solo tu mirada irradia nuestra armonía, nuestra pasión duradera en los años. Sale de la casa cerrando la puerta ¡OH, otoño¡  has traído una luna de sangre, una luna grande que bebe de los arroyuelos, de la admiración de los sueños.  Con su hoz, va desquitándose de los hierbajos que andan ante él y lento va recogiendo leña para atemperar una noche helada, petrificada en el tiempo.  Por un momento se detiene y se da media vuelta, con el odio encendiendo su rostro desfigurado ante un gemir que viene de la casa se vuelve ira ¡Otra vez¡ te quieres callar. Vas a despertar a tu madre, mi querida Marie. Oh , Marie, perdona los aullidos de los miserables, de las lenguas maléficas que se esconde ahí….sí, ahí, cerca de nosotros. No despiertes querida, te hace bien el descanso. Tu salud está delicada y has de recuperarte. Ah, mis manos. Están dolidas, se cortan a cada trozo de leña que recojo. Estoy viejo y Marie también ¡No¡, grita de repente. Vas a despertar a tu madre, no ves lo que ella ha sufrido por ti. No, no ¡cállate¡ Deja que repose con tranquilidad. Es que no oyes su respirar. Yo lo siento, desde aquí, de este jardín donde jugábamos cuando éramos jóvenes ¡Cuando éramos jóvenes…¡ La fuerza del mal está contigo. No, no eres hija mía. No, no eres hija de ella. Solo, el infierno, estás maldecida, tu boca solo escupe ataúdes flotantes. Pero no, no podrás conmigo ni con ella ¡ Cállate ya¡ Un silencio, la nada, la luna. Qué delicia de noche, gigantesca esfera que se mueve en el sentido de sus ojos. La mira…la mira hechizada, engarrotado, con sus manos de sangre, con su vejez pesada y su mente se llena de su esposa. Por un momento cierra los ojos, respira lo más hondo que puede y impulsa un suspiro. Retorna lentamente a la casa, todo está apagado. Marie, mi querida Marie duerme. Me es grato saber que su sueño es navegante de nuestro mañana ¡Ah, Marie¡ sé que tengo que callar pero la luna está tan bella. Qué bella está con su traje de luz sobre esta tierra, sobre esta casa. Aun el otoño se retuerce en su frío, quizás menos que días anteriores, pero presente ¡Oh, otoño¡ te escabulles en atmósferas misteriosas y dejas un rastro donde tu aroma húmedo cubre lo real. ¿Y qué es lo real, lo verdaderos¿ No lo sabemos, nos movemos en un mundo impreciso, donde todo movimiento de sus seres son inexactas, enigmáticas…CONTINUARÁ

No hay comentarios: