lunes, noviembre 25, 2019

AMPUAM...10 PARTE


10
Las habitaciones, rectangular superficie con su escritorio, su ropero y su cama y ventanas…ventanas dando a un patio tragado de flores y flores cuidadas exquisitamente. Ahora que estaban aisladas una de otras, sus pensamientos trazaban círculos en el aire que respiraban. Las habitaciones continuas, esperaban a que todas las luces de la residencia estuvieran apagadas. Cuando todas dormían , monjas y compañeras, Anne se reunía con Ágata. Una reunión que las llevaba por los paraísos perdidos del primer amor. Se ejercía una atracción cuando ambas, solas, con la ceguera y sordera de las otras se agrupaban como una sola. Sí, estaban cansadas ante lo arduo de la jornada, ante la severa pena. Pero la pena, la queja no llegaban a ellas. Lo tragaban como una aventura más de sus vidas. Ahora, a solas, sus labios furtivos se juntaban con cierta timidez, con cierto cimbrar de cuerpos deshojados por las placenteras caricias del amor , de una emoción vertiginosa que les hacía atraerse más y más. Todo era oculto, todo era insonoro a cualquiera incluso a Delfina. Sentían un cierto temor, una cierta prudencia, un cierto pánico terrorífico que las llevaba por vastos laberintos de la duda.  Y si se enterasen…esa es la interrogante de sus ojos cuando se cruzaban en el océano de la pasión, del abrazo largo por un cielo tatuado de estrellas. Anne y Agatta. Agatta y Anne , existencias mezcladas con el jugo del amor. Y se preguntaban, ¿es lo nuestro amor? A sus entendimientos no llegaban una respuesta franca, una respuesta afincada en el espejo de los otros sino de ellas. Sí, si es amor, respondía Anne. Un amor de lenguas agazapadas en los túneles oscuros. Un amor exaltado por el anonimato, por la máscara de nuestras sombras cuando la noche llega. Un amor marcado por la claridad de nuestra mirada. Sí, amiga mía. Sí, querida mía, esto es amor. La atmósfera que nos atrapa conquista cada beso, cada caricia, cada palabra inexacta. Y es que no hace falta hablar, conversemos con nuestros sentidos. Sensaciones enaltecida en lo oculto, hambre liada por lejanos desiertos donde el sol brilla sin mesura ¡Oh, el otoño¡ resuelto de escalinatas serpenteantes a ras de una cumbre donde cada uno es verticalidad de sus sueños. Sí, sueños …porqué no. Hay que soñar con las alas despiertas, con los pies desnudos sobre el arco de colores, con la entrega de lo puro de nuestros sentimientos. Agatta y Anne. Anne y Agatta. Duermen juntas, solo se escucha el goteo de un tejado maltratado por las estaciones y la luna ¡Ah, la luna¡ Apoteósica, purificada , entregada a las dudas, entregada a la certeza, entregada a las soñadoras de una noche de otoño ¡Oh, el otoño¡ Ven, ven con tus cascadas. Ven, ven  con tus manantiales alimentando el frescor de un amor…CONTINUARÁ


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