Toc-toc…Toco la puerta , qué se esconderá
bajo tu techo. Mis manos acarician tu puerta, dentro no se escucha pasos sino
un viento desposeído de fuerza. Toc-toc... arrimo mi oreja la vieja puerta de
madera e intento escuchar algo, no sé el que y solo las pisadas de un viento
que debe entrar por tu balcón. Tu balcón de geranios, de rosas, de claveles
alimentando las paredes de tu ajada casa. Toc-toc..noto que la vecina mira por
la mirilla y silenciosa se va, la puerta se abre y un viento nostálgico
atraviesa mi rostro. Te vas y me dejas, hoy, en el presente, donde el verano
presenta una llovizna débil con sus nubes grises pesadas, muy pesadas. Paso y
cierro, me nutro de ti, de tu olor mezclado de geranios, de rosas, de claveles.
La noche viene, una luna abultada y grandiosa de asoma desde tu balcón. Me quedo ahí, en el balcón donde geranios,
rosas y claveles aromatizan nocturno. Un piano suena, la duda se me incrusta y
entre bajo tu techo, dejo la luna abultada
y grandiosa. En el salón, en la soledad aguda , el piano canta, solo. No me
extraño y me siento ante él. Sus teclas mezcla tonalidades que te describen ,
que configuran la ida y vuelta de tu existencia. Se detiene. Las notas callan
pero yo, suavemente, soy dedos que se mueven al ritmo de un recuerdo. Tu
recuerdo, mi recuerdo…mi recuerdo, tu recuerdo ¿Te acuerdas¿ No, no me digas
que no, cuando abrazadas éramos hijas de una luna abultada y grandiosa,
dejábamos nuestros cuerpos en el romper de las olas y el beso….el beso con
sabor a geranios, a rosas, a claveles imantaba el canto de las ballenas. Ahora
callas y callas, eres navegante de paraísos indescifrables, sibilinos con el
tintineo de tu fragilidad. Porque eres frágil…muy frágil como esta tonada que
suena en tus paredes. No sé porqué me viene ese beso, ese beso de luna abultada
y grandiosa que conversa con las almas. Dejo el piano y vuelvo al balcón, una
anciana con rosas raídas vende a los enamorados, a las enamoradas estación en
estación. Observo tu balcón de geranios, de rosas, de claveles que me nutren y
te hallo. Hola , ¿cómo estás? El tiempo no pasa, solo nosotros aliados a la
vejez. Me das un beso con sabor a geranios, rosas y claveles y me siento
explosionar en el sentido de la luna , una luna abultada y grandiosa ¡Qué bella
eres¡ lo eterno queda en el rastro que dejamos a medida que nuestras manos se
rozan. Toc-toc…toco la puerta y una bocanada de inexistencia me embriaga hasta
desfallecer. Despierto ante un piano que
suena, solo.
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