En horizontal, avistamiento de la
reconditez de la luna blanca…muy blanca. Sinuosa embarco bajo las estelas de
las sombras de un nocturno que se desdobla ante los espejos quebrados de las lágrimas.
Emerjo en la duda y soy golondrina revoltosa en busca de la ventura de los ecos
del silencio. Silencio. Sí, invertida con la condición llameante de mis
emociones, de sensaciones que adulan al espíritu, libre…muy libre. La musicalidad
de mis versos se pierde en las cuevas de una cumbre donde la luna blanca…muy
blanca me ampara bajo su halo nítido de sensatez, de verticalidad. Y vuelo,
vuelo en el vacío hasta ser tragada por los calmos oleajes de una marea
cristalina, lúcida, secuencia de la existencia. Soy yo, en horizontal y una
luna blanca…muy blanca.
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