7
Hoy es el día. Un día donde todo será
alboroto y desazón. Pero voy tranquila, sé que está vivo aunque me han
prohibido verlo. Quién cuidará de él, no sé, espero que alguna buena persona.
Yo no tengo nada…nada. Solo este corazón que late ya sano, solo estás manos esposadas,
esperando a que vengan a buscarme para ese juicio perdido. Solo trámites antes
de entrar en prisión. Mi salud anda bien, mis emociones confusas, perdidas en
el vaivén de los vientos bruscos de la vida. Me da igual quien lo eduque, quien
lo cuide, solo espero que sea buena gente y que haga de el libre ave que surca
los caminos bonancibles, benevolentes. No, yo no estoy preparada, me parece
bien que lo hayan dado en adopción, en una casa de acogida, lo que sea con tal
que emerja con el valor suficiente para enfrentarse a esta existencia, para que
nadie lo pise, para que nadie hunda su mazo sobre su espalda. Valiente hijo
mío, sé valiente, solo pido eso. Qué la mierda que me ha condenado a mi no roce
tu tez, tu verticalidad. Oigo pasos, ya viene la policía. Me llevan sin casi
tocarme, yo con mi propias piernas y serena los sigo ¡No¡ no soy culpable. El
juez no para de preguntar y yo digo ¡No¡ no soy culpable. Me grita y grita, me
trata mal…muy mal con su voz mortal. Respiro hondamente y pienso en mi hijo, en
ese hijo que ha vivido. El juicio ha sido rápido, me declaran culpable.
Culpable por muchas cosas que no logro entender en este mundo de abogados y
jueces. Solo sé que soy culpable. Me conformo, mi hijo está vivo. Yo no soy la
persona adecuada para educarlo ¡No¡ no lo soy. Solo soy un desecho de esta
sociedad. Solo soy una marioneta de los hilos que han gobernado mi vida y
ahora, sola, a prisión. Me pondré bien hijo mío, tal vez en un futuro, en un
mañana incierto te conozca, te vaya a buscar ¡Ahora no¡ tengo que estar entera,
tengo que estar curada, tengo que ser yo, tengo que recorrer un largo camino
hasta que quizás pueda ir a buscarte. No para que vengas conmigo, solo un beso,
solo una mirada, solo una caricia. Yo ya en tu vida no soy nada, solo un telón
que no lograrás pasar. ¡No¡ no quiero que pases si algún día te dicen …sí, te
dicen la verdad. Yo no lo deseo, me avergüenzo, como te haría comprender que
estaba ciega, que yo tuve la culpa. Una llovizna fina cae de camino a la
cárcel. Todos vamos en silencio. Mis ojos hartos de esta situación la mira y la
mira. Soy como la lluvia caigo y desaparezco en las alcantarillas, en las
cloacas. Esa ha sido mi andar por la vida. ¡María estás perdida¡ escucho los
latidos del alma ¡María estás perdida¡ escucho el resoplar de mis emociones....CONTINUARÁ
No hay comentarios:
Publicar un comentario