Personajes:
Mujer
Amiga
El
Voz
lejana:
Las
ventanas se cierran y tras su eco se escucha el aguerrido lamento de un alma en
pena ¡Qué sucede¡ Es la primera escena después de una noche de tormentos en una
esquina del salón. Ahí una mujer danza al son de sus heridas de años.
Corrompida, obsoleta, sollozante. Su rostro luce un morado intenso y sus ojos
impregnados de sangre luce un llanto, una pena que la retuerce, que la
desmigaja.
Mujer
:
Dónde
están los Dioses de este mundo ¿Dónde andan? No veis mi ser muerto en alianza
con precipicios hasta llevarme andar por las tinieblas, por rejas cuya misión
es el absurdo de mi vida ¡Oh Dios¡ La vida se escabulle por esa madeja de
ortigas. Allí cierta mano plomiza, cierto puño de estacas sopla contra mi faz
amortajando mis sentidos, dislocando mi verticalidad y esta fe propuesta por
este mundo ¡Oh Díos¡ Acaba con todo esto . No soporto mi propio alarido. No
soporto más esa cuchilla atacando mis palabras. Está perturbado. Borrachera
tras borrachera. Y yo muro que ha de rasgar, que ha de derrumbar.
Voz
lejana:
Tras
su grito para sus profundidades el teléfono suena. Su tono es lejano, casi
ausente. Ella lo escucha y con el temor aderezándola anda apresurada a cogerlo.
Sabe que es su amiga. La única que sabe de su vida.
Mujer:
Diga.
Amiga:
Soy
yo.
Mujer:
Ya
lo se que eras tu. Única voz agradable que escucho en este infierno.
Amiga:
Siente
palidecer tus días. Estoy mortificada, intranquila. Salpicada de punzones tu
bello rostro. Tu voz es de cansancio. Que difícil es salir pero lo tienes que
hacer. Dime, ¿Cómo estas?
Mujer
:
Bien
Amiga:
Ese
bien. La nada es su significado. No me engañes. Tu voz es solo aridez y tu
melodía(por qué la siento) vendaval caótico donde una airada bestia negra
destruye tus días ¿Qué te ha hecho ahora ese desgraciado?
Mujer
:
Nada. Y no insistas. Deja que mi desolación
duerma conmigo. No vale la pena hablar.
Amiga:
¡Otra
vez¡ Te tortura ¡Condenado hijo de ….¡ Otra vez te ha pegado con sus puños de
hiel, de muerte.
Mujer
:
Sabes
todo lo que pasa. Pero me siento tan débil.
Amiga:
¿Te
ha hecho mucho daño?
Mujer
:
No.
Pero presiento que la tumba está cercana. Ay un cierto dolor en mis entrañas.
Mi ser es cenizas. Mi cuerpo tiembla y no lo puedo detener.
Amiga:
¿Qué
te ha hecho esta vez? Suenas a golpe. Suenas a gemido. Suenas a glaciar. Suenas
a lamento. Suenas a muerte ¿Qué te ha hecho? Hoy siento tu amargura más
pronunciada. Hoy no existe el sol para ti solo arenas movedizas que te tragan,
que te tragan.
Mujer :
Sí,
¡ han sonado golpes¡ Sí¡ han sonado gemidos¡ Sí ¡ha sonado el frío¡ Sí ¡ha
sonado el lamento¡ Si ¡Suena la muerte¡ Una bala se esconde entre mis sábanas.
Una bala que me perfora, que me perfora día a día ¡Tanto¡ que mi ser ya no es.
No existo. No sientes lo harta que estoy. No sientes el rumor eclipsado de mis
olas. No sientes la censura de mi oxígeno.
Amiga:
Sí,
lo siento amiga mía. Siente ese valle de lágrimas bajo techo. Deberías de huir.
Alejarte de ese ser maligno. Yo te ayudaré.
Mujer:
No,
no puedo. Ya es imposible.
Amiga:
Huye
amiga. Sí. Si puedes. Yo lanzaré esa soga que te auxilie. Ven a mi casa. Huye.
Voz
del fondo:
La
mujer y la amiga se pronuncian en silencio. La puerta se abre y un terrorífico
portazo se escucha. El pánico corre por la mujer. El se acerca. Ella cuelga.
El:
Mujer,
¿Dónde andas?
Mujer:
Aquí
, en el salón.
El:
Por
qué no has ido a esperarme tras la puerta. Sabes que llego a esta hora. Eres
asquerosa ¿Qué hacías? La verdad no te mereces nada.
Mujer:
Has
llegado antes de tiempo. Mira el reloj. Tal vez se halla parado.
El:
Que
más da. Aun así deberías esperar mi vuelta. No me quieres, lo presiento. Te
encuentro lejana.
Mujer:
No.
No es así amor mío. Te adoro.
El:
¿Me
adoras? Este halago…Falso. Todo lo que decís las mujeres es falso.
Mujer:
No
querido.
El:
Calla,
no quiero escuchar tu voz. Ahora quiero
comer, estoy cansado.
Voz
del fondo:
Un plato cae al vacío. El estruendo hace
estremecer a la mujer. El con sus ojos inyectados en sangre la mira, la observa
con asco. Ella llora, su llanto es mudez de esas paredes, bajo ese techo.
Ella:
¿Qué
pasa?
El
:
Está
fría. Como puedes servirme la comida…En que piensas. Que haces. Has perdido
todas tus facultades. Ni cocinar sabes. Salé para otro lado. No te quiero ver.
Me voy a acostar para después salir.
Voz
del fondo:
Y
recoge lo destrozado. Y recoge cada cacho de su alma desmigajada. Se intenta
recomponer pero es imposible. Por un momento sueña despierta ¿Cómo sería la
libertad? No se lo imagina. No puede aunque con toda su fuerza mental cavila.
Todo es inútil, todo es absurdo. Permanecerá en ese agujero el resto de su
vida.
Ella:
Que
silencio hay en la casa. Siento hielo en mis huesos. Espumas de sangre en mis
labios. Mis manos están mutiladas. Una flecha famélica me arrebato mis pasos y
ahora que…Bajo la sombra de la niebla me mezo y cuando menos me lo espero unos
machetes dan oscuridad a mi esencia, a toda mi entereza. Solo llorar y llorar
me queda. Yo mujer herida cuyo cuerpo no siento, cuya mirada se ha perdido,
cuyo yo está destruido. Yo mujer. Me siento culpable. Tantas y tantas
humillaciones decido que he comedido un error, el error de nacer ¡Soy culpable¡
Voz
del fondo:
Levanta el rugiendo como un ingrato. Ella
apoyada en la ventana mira y mira esos rayos solares que le hacen daño. El se
va con un portazo.
Ella:
Ya
se ha ido…Pero que pasa ha vuelto.
El:
¡Ven
aquí¡
Ella:
No
me golpees. Que pasa ahora.
El:
¡Calla¡
Mujer infectada por la peste. Eres vulgar, una cualquiera ¡Calla¡ No hables
cuando yo hablo.
Ella:
Perdona.
Soy toda tuya.
El:
¡Cállate¡
Voz
del fondo:
Todo
es confuso. El ambiente se hiela y un arpón envenenado atraviesa su vientre.
Ella:
¡Perdona¡
¡Perdona¡ Si he sido error para tu felicidad.
El:
¡Cállate¡
Voz
del fondo:
Latigazo
del desvarío, de la maldad. Ella se arrodilla. Ella se fatiga. Ella se
arrincona. Ella llora.
Mujer:
Por
Dios déjalo ya. Déjame.
El:
¡Cállate¡
Acaso tu sufres. Solo eres un animal. Tu sufrir no existe. Solo sirves para
engendrar. Ni eso. Ni un hijo me has dado.
Mujer:
Yo
no soy culpable. Perdóname.
El:
¡Cállate¡
No mientas. Eres una mentirosa. Solo falsedad ante mi franqueza. Estoy harto de
ti.
Mujer:
Ya
no puedo más. Mi último suspiro emerge y mi ser no quiere penar más. Y mi alma
¡ay mi alma¡ está tan confundida, tan perdida.
El:
¡Cállate¡
Me voy. No quiero estar entre basura.
Voz
del fondo:
El
teme lo peor. Pero no se arrepiente. Se marcha decidido, satisfecho. Ella yace
en el suelo. Su cuerpo se diluye en la última brisa. Sus ojos no tienen
expresión, miran al techo. Quiere descansar de el. Quiere descansar ante la
ilusión esfumada. Quiere descansar ante su desgracia. El teléfono suena. Su
amiga avistando su martirio. Se arrastra y consigue cogerlo.
Mujer:
Si
Amiga:
¡Ocurre
algo¡ Presiento lo peor.
Mujer:
Buena
amiga. Mi muerte se acerca. La ruptura con la vida.
Amiga:
Espera.
Llamo una ambulancia. Espera querida, aguanta.
Mujer:
Ya
es tarde. No ves. No ves. Veo una cierta luz de calma, de felicidad que me
lleva. Ya no tengo dolor. Solo sosiego. Ahora soy libre y como libre podré
luchar por la esperanza en otro lugar, en otro mundo.
Amiga:
¡No¡
¡No¡ Aguanta amiga. Ya voy.
Voz
del fondo:
Muere
ella. Muerte incomprendida. Muerte innecesaria. Muerte imperfecta. Llegan las
bocinas. Llega la amiga. Derriban la puerta. Ella allí. Bajo su ventana donde
el aroma del azahar la acoge en su regazo.
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