No, no miraré atrás. Mis seres amados hace tantos años que
no los veo, que no noto sus sonrisa cuando yo una pequeña jugaba a su
alrededor. Ahora, la huída. He visto una cierta luz en las estrellas que me
dice que tengo que marcharme lejos, muy lejos ,
a la isla. No sé donde se encuentra pero cruzaré este desierto donde
cada azote de su viento me ciega, me hace doblarme en la nada de su voz pero
todo tiene su fin. Yo, niña mujer he sufrido las barbaries que no cualquier ser
humano de la otra orilla, del otro lado de la frontera no es capaz de imaginar.
Pero como niña mujer soldado me he acostumbrado a una cosa , he de luchar, he
de sobrevivir ante los aberrantes alientos del ser humano. Aunque haya
sangrado, me hayan violado, me hayan pegado, haya pasado hambre, haya pasado
sed , haya perdido el sentido de la existencia he de continuar en mi búsqueda.
Iré a la isla, allí se dice que se vive bien, que todo es distinto, que otra
esfera bien ajena a mi hoy, a mi ayer ¡Lucharé¡ Yo excombatiente saldré viva de
este desierto, el dromedario me guía, la luna me alumbra y la paz que ahora
siento. Uhmm….este silencio de gritos, de bombardeos, de sufrimiento que me
escuece en el dormitar ¡No¡ no dormiré hasta llegar a la isla. Esa isla que
dicen de bella humanidad donde las batallas las libras con flores perfumadas de
esperanza en sus rituales. No, no miraré atrás. Aquí, sola, niña mujer soldado
he sido. No me importa, mis ojos señalan el norte. Un norte donde alas de la
libertad desencarnará en mi verticalidad. Verticalidad que no he poseído sino
una prisión en mis pensamientos nutrido por la violencia, por agitadores
viciosos en sus ruedas en torno al mismo eje de sus ideas. Ideas falsas. Ideas
erróneas. Solo el ayer será un fantasma que volverá cuando menos me lo espero
pero me es igual. Tengo que llegar a
la isla ¡La isla¡ ¡ La isla¡ Solo
me queda agua y aguantare ante este implacable, tempestuoso mar de arena y
piedras hasta avistar la isla ¡La isla¡ ¡La isla¡ Por unos instantes cierro la
mirada al horizonte, la noche me atrapa y el frío que siento hace que hasta los
huesos me duelan. Pero, continuaré, sin mirar atrás, no vale la pena. A lo
mejor desde la isla ¡la isla¡ ¡la isla¡ podré ayudar a mis compañeras, a mis
compañeros que en el menudo de su edad aun no comprenden que es la existencia,
la humanidad ¡La¡ ¡la¡ me viene una canción de no sé donde habré escuchado, en
ella el reflejo del bien me inunda, me dice continua ya está cerca. La noche no
me hace distinguir bien aunque la luna, los astros me hablan por donde seguir
¡La isla¡…¡La isla¡ Lloro, puede ser que los tormentos me busquen, puede ser
que mi cuerpo manchado se retuerza ¡Apártate¡, grito. Y este grito en medio del
vacío , de la nada me orienta a ser más fuerte. No, no caeré, tengo que llegar
a la isla ¡la isla¡….veo revolotear mariposas ¿de dónde vendrán? Mariposas
ligeras, mariposas mansas, mariposas luchadoras aun en la apariencia de sus
alas frágiles. No, no son visiones ¡la
isla¡ ¡la isla¡
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