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Las mareas te lleven donde el
retozar de manos gastadas emerjan en la lucidez de una nueva tierra. Olvido en rebozar de las inclemencias de
tormentas sobre tu cuerpo. La dejadez te abandonarán y no oscilarán ojos mediocres,
sucios, grotescos en tus pisadas. Las
huellas se detienen y la embriaguez de otra tonada te hará crecer, creer en una
vida mejor, en una liberación enaltecida de los castigos a navajazos del hombre
¡Culpable¡ ¡Culpable¡ Ellos son los culpables . Buscan donde nadie los
distinguen y penetran en tu belleza con la bestialidad de sus martillos
¡Avanza¡ ¡Avanza¡ entre la tinieblas hallará cierta claridad, cierta escalada a
la cumbre más alta dónde todo lo de atrás será rajado, desmemoriado. Y después volverás…volverás con las ganas de
seguir de otra manera en distintas aceras. Todo cambia. Todo se mueve en el
sentido a favor de tu respiración. Inspirar y espirar, espirar e inspirar.
Surcos en el aire con tus alas doradas
en el corazón. La mujer de arena la deja ahí donde rompe las olas y se fue
suspirando. La inestabilidad, el desequilibrio hostigan, atosigan a esta simple
y la vez complicado mundo ¿Por qué? Por qué se pregunta ella. No hay necesidad
de ser mejores, peores solo pasar por esta vida con la condición de saber que
algún día seremos alimento de gusanos, que seremos polvo …solo polvo. Puedo que nuestro espíritu quede
atrapado en esta atmósfera y nuestro
resonar sea fuente de nuevas vivencias y quizás recordemos, tomemos la
precaución intuitivamente de lo malo, de lo nefasto. Y viento retorno a su espacio en el infinito,
la ciudad se despejó y los astros hablaron con la mujer de arena. Y la mujer
contestó en su silencio, quisiera descansar. Si, lejos de esta rutina que me
invade con una pena innegable. Si, allí
en el desierto donde esta mi hogar en la frondosidad de sus piedras, de su arena. Aguardará en lo
que dura la jornada en los brazos del sol, escondida, cobijada de cualquiera
esencia en el camino. Mis pensamientos
girarán y girarán en torno a inflados mutismos y después resurgiré, erupcionaré
como alma de vientos polvorientos donde
cuando la luna en toda su
maravilla me llevo a esos rincones donde el malestar, el desagravio, la
templanza derruida y las lágrimas es pala que escava tumbas para ser enterrados
vivos.
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