jueves, abril 19, 2018

lenta


Lenta, se mece lenta la tarde, se alarga en horizontes donde el hechizo de algún pájaro de ojos blancos señala la desidia de los sentidos. Un viento. Unas gotas que remueven las pisadas indecisas a ras del asfalto y el retorno a la casa. Una habitación. Un café. Un cigarro. Eternos soplos de vejez mirando sus manos. Un sueño. Un vuelo. Y la danza briosa entre paredes azules, verdes, amarillas. Una soledad. Un encuentro. Tic-tac…tic-tac , el tiempo para y suena el aliento de una canción quizás, olvidada…tal vez presente en el recorrido intocable de una acaricia agarrada en la atmósfera que respiramos.


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