Horizontes en vertical.
Corpulentas montañas a las espaldas de la mirada perdida, en pena cuando
la mar abriga sus sentidos. Mientras
canta el ronquido del oleaje los ojos se vuelven oscuridad, noche de los
despertares al son elongación de los sueños. Desnudo no desvía sus pasos entre
las escenas del hoy. Suena la mar a
tristeza. Suena la mar a náufragos. Suena la mar a libertad…Sí, una libertad
acostada en sus hombros cansados, en su callar ante la rutina cotidiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario