Vuestras manos. Círculos rojos ecos de la nostalgia.
Abatidas, diseminadas en la profundidad del océano. Columpiadas por el auge de
una verde frontera…no, azul, blanca acogida por la vida. Vuestras manos.
Cadáveres ausentes del pasado ahora embrutecidas en el romper de huesos
cansados de tanto y tanto luchar. Vuestras manos. Lejos, muy lejos donde unas
rejas de usurera arrebata cada aliento. Levantarlas, alcemos el canto de
pacíficas ballenas en el fin de las batallas que nos hace aberrantes,
consumidos en la desdicha de lo humano. Vuestras manos. Pájaros desplumados,
agotados de tanto y tanto consumirse en el deteriorado tul de los rostros.
Vuestras manos. Arboledas áridas en la ausencia de los años que nos quedan. Ya
no preguntéis por la edad…¿para qué? Vuestras manos son los deshechos de los bombardeos,
de las navajas que cruzan en ahogo de la libertad.
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