domingo, abril 23, 2017

ELLAS. CAPÍTULO 19

Mi lugar ¡Qué extraño¡ ¿Será aquí? En la lejanía de esa ciudad girando y girando en el ímpetu de la oquedad ronca de su sonido. Lo cierto que es grato estar, ser ave libre en busca de las dimensiones de nuestras alas al unísono. Pero no sé. Soportaría tanto silencio, la precariedad a mi vista de un océano que no siento. Sí, el callar bronco de los coches, de los bocinazos, de la charlatanería, de la hipocresía enderezada allá abajo. Yo sé que desea lo mejor para mí. Pero no…esto no. Prefiero estar bajo un techo y con la soltura de nuestra intimidad revolcarnos bajo los fuegos del amor. No hace falta la huída. Sería fatal. Tendremos que hacer frente a la cotidianidad, alejarnos de todo insuflar de las murmuraciones. Es más ya me siento mejor, quiero irme de aquí, de este equilibrio entre hombre y tierra. Los respeto, los aplaudo pero el engendrar de nuestras singladuras pienso deben de ser envergadura del cara a cara, no los ojos blanco frente a lo real. Mi lugar, no Laum, te equivocas. Sí, me gusta este amplio campo en la cima de la montaña, en la cima ajeno a los desordenes de nuestro globo. Pero Laum tenemos que volver. Ándate, antes que la noche regrese con su mutismo mortal.  Iremos como tú quieras, caminando por senderos agotados, por piedras dormidas hasta el océano. Sí, espero, cuando terminemos de comer. Nos despediremos de estas bellas personas calladamente y vagaremos por las entrañas de esta isla donde todos sus caminos nos llevan a la costa, a la costa. Da igual lo que tardemos, nos abastecemos y en alguna cueva donde los aborígenes tomaron como sagradas reposaremos. Mi lugar. Nunca sabremos de cierta manera donde está. A lo mejor está en un desierto, en una tundra, en parajes glaciales desheredados del devenir. Espero la partida a lo que yo creo mi lugar. Mi lugar, soles dorados, lunas plateadas, astros emergiendo en el regir de las leyes del universo.  No somos nada. Mi lugar, planeta tierra, es lo único sincero que puedo decirte. Una mota de polvo encasillada en no sé dónde. No quiero otro, no quiero a nadie más. Curar la sangre escandalosa de este globo es lo único. Para que más vidas extrañas en el confín del cosmos, galaxias comiéndose unas a otras, galaxias expandiéndose y contrayéndose en un caos. Mi lugar, aquí sentada, contigo. No pido más. Otros seres de otros mundos, que se queden en su casa, su lugar. Primero tenemos que resolver la matanza desbaratada de este lugar. Impresionante es el paisaje. No Laum no me identifico con él, adoro todo sea ya alquitrán como lindos los lindos boscajes que nos rodean. Es la evolución. El imperio de la masiva  tecnología del bien y el mal. Ciclos. El ser humano vive ciclos, este terminando en la estampida aborrecible del poder. No me mires así, este lugar me hace cavilar. Y ahora en estos instantes, en estos momentos me surgen ideas de este lugar llamado tierra, el mundo azul. Ay la belleza…eres bella…me atiendes y unos ojos llenos de vigor me socorren, me sanan del ayer. 

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