Pasos ausentes. Hace frío. Acomodada en el arco de colores
soy fugaz aventura de los sueños. Mis ojos se abren bajo el homogéneo discurrir
de la mañana. Vago desnuda, incesante en el desafío de mis deseos. Aislada,
ojerosa soy extenso vuelo a ras de mi reconditez. Me miro, me observo, examino
cada fragmento evaporado en surcar de los inviernos. Un vago tremor inicia mis
singladuras por los desiertos de mis sentidos. Lo pacífico viene por instantes
circulando por mi cuerpo. No hay lágrimas. Me aparto y la nada es agradable.
Paseo por un cielo azul, tranquilo. No hay miedo. Solo quiero un letargo
infinito seducido, extasiado de la dualidad cabalgante en la existencia.
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