Querida Anne:
El firmamento
luce su traje de gala con sus constelaciones bajo una luna aletargada. Me voy.
Te dejo. Me despeino y corriendo me aparto de ti. Mi última visión fue una casa
lejana, de techos floreados donde un manantial te amamantaba. Sí, con esta observación
me largo, avanzo callo abajo en medio de farolas que dan sentido a mis
zancadas. Te diré que siempre estarás presente en el proceso vasto que deriva
la existencia. Sí, te recordaré con las alas abiertas y hechizadas por el
trenzar de unos arroyuelos que caminarán por tu cuerpo desnudo. Sigue bailando…sigue,
te imagino en un ensueño, en un despertar mezclado de poesía y cantos a los
dioses de este universo. No más me preocuparé por ti. Parto donde el destino
sea desenlace de mí continuar en la verticalidad de una lucha. Sí, luchar por
la vida, por las felices cascadas que caen a un cuenco que se rebosa de
dignidad y benevolencia. Uf, noche de
calor. Noche de un sueño de verano en que has logrado exteriorizarte bajo el
abrazo del amor, de tus deseos. Adiós amiga. Ya sabes…colores pinta un rincón
de mi corazón que siempre dará la bienvenida a los lazos pintorescos, alegres
que andan por este mundo.
Abrazos, Luam
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