Ven. Ven aquí donde los astros dan lumbre a los corazones
perdidos en la inmensidad de una jornada ciega. Ven aquí donde el sonoro
parloteo de las olas enmienda cada huella del atrás con nuevos deseos que se
extiende en vertical tras nuestras ojeras. Te espero, la calma se hace eco de
pardelas danzantes que alaban la vida, que muestran el lado oculto de unos ojos
que miran la eternidad de las emociones. Una sonrisa vuela a través de las
sensaciones, una sonrisa que es álgida cumbre de nuestras manos. Así, juntas,
unidas al son de las vagas estaciones donde el retumbar de tambores guía
nuestros pasos.
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