No. No te conozco aunque te empeñas en que sí, que somos
amigos desde hace muchos años. No recuerdo ese instante que quizás para ti sea
eterno en tu memoria. Vienes hasta mí y dices hola, cómo estás. No entiendo.
Que yo sepa mis recuerdos aun están en auge. No sé donde te habré visto, cual
fue esa última vez que tanto dices. Me sorprendes, conoces toda mi trayectoria
por estos rincones de las islas pero yo….yo de juro que no, que nunca te he
visto. Dices que te vas si eso es así. Márchate y deja que repose mi
conciencia. Ella no dicta nada, solo tú, tu…Intento retroceder y no…es
imposible que en esta vida tú me hallas hablado conmigo alguna vez. Tal vez en
otras esferas de este mundo, en otras vidas que en el suceso de los siglos nos
hallamos embarcados juntos. Eso tiene que ser, otra dimensión, alguna atmósfera
paralela esta que nos hallamos encontrados. Quiero resignarme a esto, a esta
compresión. Y si es así bienvenido seas porque no se expande nada negativo
cuando te acercas. Ven, ven otra vez. Quiero mirarte, observarte bajo este
tiempo de neblinas y llovizna donde el viento no arrecia. Nos mojaremos, qué
más da. Quiero examinar cada tacto tuyo sobre mis ojos a ver si puedo rescatar
algo de ese ayer que mencionas. Se te hace tarde, ya imagino. Te vas, quizás
algún día te recuerde y vuelvas a mi.
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