Te escribo
Bajo la sombra de pinares
Andantes en un mes de marzo.
No sé, siento la necesidad
De evocar tú forma de moverte
A través de los vientos.
Una melodía suena,
Ahora, en mi memoria
Y cimbro sobre
Nubes animadas por una lluvia
Que se yerta en el eterno grito
De la sequedad de mis manos.
Sí, te escribo
Una jornada gris viene
Siento el aliento de aves de colores
A ras de mi corazón
No sé por qué
Quizás vengas
Aquí estoy en la tardanza
De un ocaso que nos aísle
De la monotonía del ruido
De un reloj que no descansa.
Habrá alguna manera
De hallarnos bajo el eterno oleaje
Observando el vuelo de una gaviota
Que con su alma plateada
Deja rastros de nuestros ojos
Mirándose, mirándose…
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