Crecemos en las sendas de la armonía.
Así me gustaría, enorme belleza
Frente a las columnas de las arboledas.
Nos guiamos bajo un faro
En la verticalidad de
su peso.
Allí vamos, emanando armonía
Entre las manos de este globo.
Nos abstraemos bajo un punto de luz
De astros animando un mañana solitario
En la lucidez de sus trajes azules, verdes, amarillos.
Repetimos las mismas pisadas cotidianas
Regresando al
encuentro de nuestro yo.
Dual permanece estático en lo largo de la noche
En el aislamiento de lo diario
Bajo nubes serenas, ondeando
banderas blancas
En las hogueras de una cumbre nevada.
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