Debes nacer. Albergar ese ritmo de la atmóssfera que te
trapa, que te traga, que te auxiliar en la sucesión de los días. Te embarcas
bajo la brisa nocturna con el insomne grito del llanto. No te dejas mirar bajo
los reflejos de los espejos de ojos que observan el discurrir de tu pena. Ven
aquí, te digo. Ven donde la fragancia matutina despierta para ser engendrar del
andar por las aceras de una sonrisa, de un añejo recuerdo que te inspire el
sabor de las siemprevivas. No a los pozos hondos donde se encienden cadenas de
mortandad. No a las mareas agresivas donde se asfixian los sueños del mañana,
del mañana…Debes nacer. Emanciparte de las colonias de punzadas que sobre tus
hombros pesa. Sí, pesan y pesan…ya lo sé. Agárrate fuerte amiga, amigo y
sobrevuela las cumbres con la belleza esperanza.
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