Parece que nos encontramos otra vez. Sí, ahora cuando el
viento insufla los cuerpos hacia delante, hacia atrás. No sé el por qué de este
encuentro. Quizás sea un fallo del destino. Los quebrantos del ayer todavía
permanecen estancados en nuestros caminos. Sí, será mejor alejarnos. Fronteras
inaccesibles donde el no prevalece, el nunca más. Todo fue tormento. Todo fue
desidia. Todo fue desfallecimiento. El cansancio impera en nuestros sentidos y
no sé el por qué de este encuentro…algún engañosa rueda de la vida nos ha hecho
hallarnos otra vez. Yo no te he llamado. Tú no me has llamado. Será ese
continuo ronroneo que aprieta el pensamiento. Y ahora que hacemos. No sé, tú verás. Todo está acabado, de espaldas envueltas en el
placer de otro rumbo, otra ruta donde las tumbas del pasado son distancia que
no hemos de regresar. Qué fuerza tiene este viento hoy. Penetra en mi peso y me
hace reacia al encuentro. Márchate ya, creo que es lo mejor. Olvidemos esta
jornada bajo pozos oscuros de la memoria. Sí, la memoria. Esa que con tu
tempestad y caricias falsas te devuelve.
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