domingo, noviembre 15, 2015

Esperas....

Esperas…Qué esperas. El amoldamiento de los sentidos que en horizonte son nubes de fuegos a través de espejos cerradas. Las olas retornan. Tienes que avanzar contracorriente, alzar tus alas doradas y tenderte al vacío de lo que llegará.  No están. No hay nadie y un círculo de hiel te consume a medida que las jornadas son manchas de la noche.  Entornas hacía arriba un canto, un canto casi mudo. Tu respiración. Espirar e inspirar. Tu compañera a medida que la batalla de tus plumas recorren el desconcierto. Si, esperar cuando las quebradas cometas blancas linden a expensas de un viejo muro. Te da sombra. Te cobijas y sin saberlo tu huida duele. Sí, duele. Esperar a que la claridad de tu corazón aviste las rosas de invierno. Mira te llaman las almas de las aves libre. Roca que se rompe, caes, te levantas. Esperas bajo la inclemencia de las horas. Ay esas horas. Arrugado espíritu que vuelve más lejana, muy lejana. 

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